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INFORMÁTICA

Estados Unidos defiende el dinero invertido para evitar el caos informático

Un asesor de Clinton viajó en avión durante la Nochevieja para tranquilizar a los ciudadanos

"Éxito (stop). Informe a la prensa (stop)". Tal fue el mensaje que en la madrugada de ayer enviaron a Bill Clinton la directora de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, Jane Garvey, y John Koskinen, responsable de la lucha contra el efecto 2000 de la Casa Blanca. La Reserva Federal, el banco central norteamericano, emitió un comunicado semejante de victoria.Y es que el efecto 2000 fue el primer gran fiasco del nuevo milenio. "Afortunadamente", precisó Koskinen. Todo funcionaba ayer a la perfección en EE UU: ordenadores públicos y privados, cajeros automáticos, teléfonos, servicios de agua, gas y electricidad, centros de mando militares, conexiones con Internet. Existían unos pequeños problemas en unas plantas de energía nuclear de Pennsylvania y Carolina del Sur y a última hora el Pentágono informó de que un sistema de espionaje militar permaneció cegado durante tres horas, pero, para frustración de los profetas del Apocalipsis informático, no todos tenían nada que ver con el efecto 2000. Para no sonar demasiado triunfalistas, las autoridades y los especialistas informáticos de la superpotencia advertían de que, aunque se haya revelado agua de borrajas en el primer momento, quizá el efecto 2000 pueda actuar más tarde. Y explicaban la ausencia de conflictos en las primeras horas de este año por las grandes inversiones efectuadas en prevención en los últimos años.

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Una farsa

El Centro Internacional de Cooperación por el Efecto 2000 instalado en Washington informó ayer de que ni en EE UU ni en ninguno de los países conectados con ese organismo se presentaba el menor problema. Ni grande ni pequeño.

El apocalíptico efecto 2000 no aparecía por ninguna parte. Los misiles de las potencias nucleares seguían en sus silos, los aviones y aeropuertos funcionaban en todo el planeta sin otros agobios que los habituales y en ningún lugar había disturbios masivos por falta de dinero o alimentos relacionados con un fallo informático. La transición informática al año 2000 fue perfecta en Washington, sede de instituciones como el Pentágono o la CIA. "No hemos registrado el menor incidente", informó el mayor Thomas Goslin, uno de los responsables militares del seguimiento del potencial problema causado por la incapacidad de algunos ordenadores y programas para distinguir entre el año 1900 y el 2000. Puestos a reseñar problemas menores, uno curioso: el reloj del Observatorio Naval señalaba que habíamos entrado en el 1 de enero de 19100.

Como era su deseo, Garvey, la responsable de la Administración Federal de Aviación, y Koskinen, el especialista de la Casa Blanca para el efecto 2000, pasaron la Nochevieja volando en aviones para tranquilizar al público. De hecho, los norteamericanos ya lo estaban. A medida que se acercó el año 2000, las preocupaciones ciudadanas ante posibles fallos informáticos desaparecieron, hasta hacerse casi inexistentes. Y no hubo el menor acaparamiento de productos. No obstante, pueden presentarse problemas en las próximas dos semanas, señaló el Gartner Group. "Yo todavía esperaría un par de días antes de sacar conclusiones", dijo Norman Dean, director de un centro de Washington especializado en el efecto 2000. En lo que todo el mundo estaba de acuerdo es en que las precauciones no han sido vanas. "Si no nos lo hubiéramos tomado en serio y gastado cientos de miles de millones de dólares en todo el planeta, quizá ahora estaríamos hablando de una catástrofe planetaria", dijo Matt Hotel, del Gartner Group.Pero otra gente tenía sentimientos diferentes en EE UU. "Todo fue una farsa, un sistema para que los periódicos vendieran sensacionalismo y las empresas informáticas hicieran negocios", dijo ayer Daniel Robbins, gerente de un supermercado de Washington en el que todo funcionaba sin problemas.

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