El Papa pide que la paz sea el lenguaje del nuevo año
El papa Juan Pablo II saludó la llegada del nuevo año, poco después de la medianoche del 31 de diciembre, desde la ventana de su estudio, sobre la plaza de San Pedro del Vaticano, donde se habían congregado cerca de 100.000 personas que asistían a un concierto de música ligera. En una sucesión de apariciones públicas sin precedentes, debidas sobre todo al inicio del Jubileo del 2000, Karol Wojtyla reapareció ayer en la misma ventana para expresar, en un breve discurso leído tras la celebración del ángelus, sus mejores augurios de paz para el 2000. "Traspasamos el umbral del nuevo año", dijo Wojtyla, "empeñados en contribuir a que la paz se convierta en el lenguaje cotidiano de los pueblos".El caos de tráfico y los accidentes de carretera marcaron, de otro lado, la llegada del año 2000 en Italia, donde millones de personas se echaron a la calle para festejar un fin de año especial que marca el inicio de un cambio de siglo y de milenio. Música al aire libre, fuegos artificiales y explosión anárquica de petardos crearon el clima festivo, ensombrecido sólo por los numerosísimos accidentes debidos a la afición nacional a la pirotecnia. Dos personas murieron y resultaron heridas más de 900 por la manipulación errónea de petardos.
