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Riccardo Muti dirigirá en Viena un Concierto de Año Nuevo fiel a la tradición

La capital austriaca iniciará el 2000 con un espectáculo de jazz dedicado a los Strauss

La Orquesta Filarmónica de Viena, el director Riccardo Muti, el bailarín Vladímir Malakhov y el diseñador de moda Christian Lacroix darán forma al Concierto de Año Nuevo 2000, que 50 millones de personas podrán ver por televisión. Este ritual de valses y polcas de la dinastía de los Strauss, que se celebra desde hace 60 años, apenas experimentará leves variaciones de repertorio. La gran novedad para romper la tradición llegará a Viena cuando en la noche del 1 de enero la Vienna Art Orchestra inaugure el Primer Concierto de Jazz de Año Nuevo, bajo el título All that Strauss (Todo ese Strauss).

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No todo son valses

Cada año se amplía el alcance de la retransmisión del Concierto de Año Nuevo, celebrado por primera vez en 1939 y emitido anualmente por televisión desde 1959. Ahora, la Televisión Austriaca ORF, en coproducción con la cadena alemana ZDF y la japonesa NHK, estrena la línea directa con Australia, Armenia y Georgia. Serán en total 40 países y un potencial de 50 millones de espectadores los que el 1 de enero podrán seguir el concierto de la Filarmónica de Viena en vivo a las 11.15 -hora peninsular española-.El maestro italiano Riccardo Muti, que ya dirigió en 1993 y 1997 el tradicional concierto, quiso para esta ocasión ofrecer un repertorio especialmente "europeo" con obras de los hermanos Strauss que resalten la hermandad entre las naciones, como es el caso del Vals de la Laguna, dedicado a Italia, o la Polca de Albión, inspirada en Inglaterra.

El repertorio lo seleccionan los músicos de la Filarmónica -que funciona como cooperativa- en colaboración con el director de orquesta, el presidente de la Sociedad de Johann Strauss de Viena y la Televisión Austriaca.

El gran vals

Siguiendo las sólidas costumbres vienesas, la compañía de Ballet de la Ópera de Viena interpretará dos piezas: Csardas, de la opereta Caballero Pazman, de Johann Strauss, y el vals Marienklänge, de Josef Strauss. Una estrella mundial, el bailarín Vladímir Malakhov, protagonizará ambas coreografías de Renatto Zanella, director del Ballet de la Ópera de Viena. El coreógrafo italiano se autoproclama un "fanático del vals", una música que por ser bailable, según su opinión, resulta idónea para visualizarla en danza.

Zanella ya había realizado las coreografías de los Conciertos de Año Nuevo en 1994 y 1995, y acaba de estrenar en la Ópera de Viena el ballet La Cenicienta con vestuario de Christian Lacroix.

También Lacroix, reconocido diseñador de moda, nacido en 1951 en la ciudad francesa de Arles, es ya un veterano en materia de conciertos de Año Nuevo. En 1998 se encargó del vestuario para la representación de Bombones vieneses y del vals del Danubio Azul. "Aquella vez el estilo fue más bien barroco, esta vez será más moderno", dijo al señalar que ahora su intención es resaltar la interacción entre lo tradicional y lo vanguardista, para lo cual utilizará sedas en blancos y negros, así como colores fuertes y cristales relucientes.

Los bailarines actuarán de contrapunto a la decoración clásica del palacio Kinsky, escenario de la danza.

En las pausas se podrán ver los experimentos del operador de cámara Georg Riha, quien tradujo algunas piezas musicales en imágenes poéticas de Austria. Los espectadores podrán recorrer desde la perspectiva de Riha los rincones del célebre Musikverein, el edificio clasicista de acústica incomparable donde tiene su sede y ofrece sus conciertos la Filarmónica de Viena.

La libélula, una polca de Josef Strauss, se verá ilustrada con paisajes naturales, y el vals del Danubio Azul, con estampas de Viena nunca vistas.

Aunque se retransmite cada año una sola vez por televisión, la Orquesta Filarmónica de Viena siempre lo interpreta dos veces más antes del momento culminante: en la noche del 31 de diciembre y también el 30 de diciembre. Esta fecha, que sirve de ensayo general y suele estar reservada al Ejército de Austria, ha sido abierta por primera vez al público.

El mismo repertorio de los filarmónicos dirigidos por Mutti, pero transfigurado en jazz, podrá escucharse en la noche del 1 de enero en los salones Sofiensäle.

Esta antigua sala de conciertos es mucho menos elegante que el Musikverein, pero apropiada para la ocasión, teniendo en cuenta que en sus días fue aquí donde "los reyes del vals" Johann Strauss, padre e hijo, estrenaron más de 70 de sus composiciones. Todavía no se sabe si se trata de una parodia o de una reverencia.

De todas formas, la Vienna Art Orchestra, fundada en 1977, se propone un espectáculo de grandes dimensiones: Big-Band; huéspedes especiales, como Michel Portal, Wolfgang Puschnig, Rudi Berger y Bertl Mayer; acompañamiento del cuerpo de baile del 2nd. Nature Dance Group, dirigido por Christine Gaiggs, y en la segunda parte, un homenaje a Duke Ellington.

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