El Consell mantiene sin protección especial más del 95% de los espacios vitales para las aves

Más del 95% del territorio valenciano considerado de especial importancia para la supervivencia de las aves sigue sin tener un régimen de especial protección estipulado por la Unión Europea. Así, según el inventario de la Sociedad Española de Ornitología (SEO-Birdlife), que sirve de referencia científica y normativa a Bruselas a la hora de consolidar sus estrategias sobre el medio ambiente, en la Comunidad Valenciana hay 21 IBA (o áreas importantes para las aves, según sus siglas en inglés). Estas zonas suman 731.637 hectáreas, casi un tercio de la Comunidad. Pero sólo nueve de ellas (apenas el 1,42% del territorio) han sido declaradas por el Consell como zonas de especial protección para las aves (ZEPA).

España, así lo entienden en la SEO-Birdlife, la más prestigiosa organización mundial en materia de aves, es un país de capital importancia para salvar a los vertebrados alados. Y de las 391 IBA españolas identificadas, "fundamentales para la conservación de 160 especies de aves", 21 se encuentran, íntegramente incluidas o compartidas con otras autonomías, en la Comunidad Valenciana.Se trata de dos decenas de enclaves que cumplen los criterios científicos reconocidos por la UE y que el Gobierno autónomo debería consolidar como ZEPA. Así lo establece Bruselas y así lo ha ratificado el Tribunal de Luxemburgo, que hasta ha llegado a sancionar a varios países miembros, como Holanda o Francia, por no consolidar como zonas de especial protección para las aves a un número sustancial de sus IBA.

Pero la realidad demuestra que los estados son reacios a proteger los enclaves donde las aves encuentran refugio. Y la Comunidad Valenciana tampoco es una excepción: si bien el número de IBA (es decir, hábitats ideales para las aves) convertidos por el Consell en ZEPA (espacios reconocidos a nivel internacional) es relativamente elevado (nueve de 21, es decir, algo menos de la mitad), traducido a superficie, este esfuerzo de la Generalitat se queda en muy poco, puesto que esas nueve ZEPA sólo suman 33.103 hectárea, es decir, el 1,42% del territorio y menos del 5% de la superficie reconocida por los conservacionistas y por la Unión Europea como esenciales para la pervivencia de las aves valencianas.

En la costa y pequeñas

Y lo que es peor, con un sesgo en cuanto a las especies favorecidas. En beneficio de las aves acuáticas que habitan en los humedales costeros y en perjuicio de las que habitan los grandes bosques de las comarcas del interior, como las grandes rapaces. Así, según SEO-Birdlife, si bien en la franja litoral nueve de las 11 áreas importantes (siempre IBA según las siglas internacionales) ya han sido declaradas ZEPA, dado que son enclaves de escasa extensión y relativamente fáciles de preservar, la situación en el interior de la Comunidad Valenciana está infinitamente peor: no hay ninguna ZEPA declarada.

En su política de preservar sólo las zonas más pequeñas, ninguna de las diez grandes IBA del interior han adquirido la figura de protección internacionalmente reconocida. Esas diez grandes áreas, esenciales para preservar valiosas especies de rapaces, como águila perdicera, águila culebrera, águila real, halcón peregrino y búho real, o otros pájaros de importancia ornitológica, como el abejaruco, la collalba negra o la chova piquirroja, suman el 95% del territorio valenciano de interés ornitológico. Para el portavoz de la SEO en la Comunidad Valenciana, Mario Giménez, está claro que el Consell se ha limitado ha declarar como ZEPA pequeños enclaves sin arriesgarse a proteger las grandes áreas boscosas.

Así, incluso la mayoría de las ZEPA declaradas ya están preservadas mediante otra figura de protección, en su mayor parte parques naturales. Es el caso del Prat de Cabanes-Torreblanca, de las Islas Columbretes, L"Albufera, el Marjal de Pego-Oliva, el Hondo, las Salinas de Santa Pola y las Lagunas de la Mata y Torrevieja. Aparte de estos enclaves, el Consell sólo ha reconocido el Marjal del Moro y parte de la IBA denominada Islotes de Alicante (se incluye el Islote de Benidorm y las Peñas de Arabi pero queda fuera la isla de Tabarca).

Salvo el parque de L"Albufera, con 21.120 hectáreas, ninguna ZEPA supera las 4.000. Y mientras, las grandes áreas importantes para las aves siguen sin reconocimiento, por lo menos en territorio valenciano, como las Hoces del Cabriel y del Júcar, con (125.000 hectáreas en la Comunidad) que sólo es ZEPA en Castilla-La Mancha.

La especie más perjudicada por la política del Consell de no reconocer las 10 IBA (áreas importantes para las aves) del interior de la Comunidad es el águila perdicera. En Puertos de Beceite-Monte Turmell, con 107.000 hectáreas (el 10% en Castellón) da cobijo a un mínimo de siete parejas, pero al igual que el resto de las sierras de la Comunidad también atesora buitres leonados, águilas culebreras, águilas reales, halcones peregrinos y hasta búhos reales. En los Puertos de Morella (43.000 hectáreas), se han contado hasta cinco parejas de águila. En las Hoces del Turia y Los Serranos (135.000 hectáreas, menos del 10% en Cuenca), habitan 10 parejas reproductoras. En Penyagolosa (83.000 hectáreas, el 75% en la Comunidad) viven un mínimo de dos parejas. Otras 11 encuentran su hábitat en las Hoces del Cabriel y del Júcar, una IBA de 163.000 hectáreas pero que sólo es ZEPA en 16.089 hectáreas de Albacete. En las 102.000 hectáreas de las Sierras de la Safor y Alicante viven entre ocho y nueve parejas. En las 52.500 de la sierra de Enguera-La Canal de Navarrés, entre cuatro y cinco. El mismo número que en las Sierras de La Marina, con 102.300 hectáreas. Y en la IBA Monte El Valle y Sierras de Altaona y Escalona, un excelente refugio para águilas jóvenes, con 24.000 hectáreas (9.200 en Alicante), viven entre 15 y 50. Por último, en las 59.400 hectáreas de la IBA de la Sierra de Espadán, de las que 32.000 si se han preservado como parque natural pero sin rango de ZEPA, habitan más de 10 parejas.