La tragedia de Elián

El Gobierno cubano está utilizando, de forma inescrupulosa, la tragedia de Elián González, el niño balsero que perdió a su madre, su padrastro y a otros nueve compañeros de viaje en las aguas traicioneras del estrecho de la Florida el pasado 22 de noviembre. No es la primera madre cubana que muere en el intento, ni será la última quizá, desgraciadamente. No lo hacen pretendiendo llegar al paraíso, ni a una soñada tierra de las maravillas, como nos dice ese periodismo de clichés al que estamos acostumbrados. Lo hacen simplemente para sacar a sus hijos de Cuba. Sólo por salir del infierno arriesga una madre su vida y la de su hijo.A los que hemos sufrido en carne propia la peor cara del totalitarismo se nos revuelve el estómago cuando vemos, aunque ahora sea a mucha distancia, las expresiones patéticas de su enorme poder compulsivo: esas manifestaciones populares perfectamente organizadas y disciplinadas por el todopoderoso aparato estatal castrista, esos niños implacablemente adoctrinados desde la guardería y a los que se les hace gritar cada día, antes de entrar a clase, "pioneros por el comunismo, seremos como el Che".

Nos enteramos, con asombro, de que el Gobierno cubano facilitó cuantiosos recursos para que el cumpleaños de Elián fuese celebrado en todos los colegios del país. Es el mismo Gobierno que ha privado a todos los niños cubanos mayores de 7 años de su derecho a consumir un poco de leche por la cartilla de racionamiento.- .