"He sido 'cosificado' por el juez Gómez de Liaño"
Felipe Bayo atribuyó a sus deseos de salir de prisión las declaraciones que efectuó en agosto de 1997, ante el entonces juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez de Liaño, admitiendo haber participado en la custodia y el interrogatorio de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala en el Palacio de La Cumbre, de San Sebastián, pero sin haber tenido nada que ver con el secuestro ni con el asesinato de los etarras. Bayo se retractó de esa confesión el pasado mes de marzo en un documento que ayer ratificó ante el tribunal.En ese texto en que se retracta de sus declaraciones, Felipe Bayo indica para qué acudió ante Gómez de Liaño: "Jamás pensando en mi libertad como disfrute para mí, sino por mi familia" y "declarando circunstancias y hechos que jamás habían ocurrido, obteniendo todos esos datos de las declaraciones y de los periódicos".
"Me arrepiento profundamente de haber inculpado a personas que tengo la absoluta certeza de que son completamente inocentes", prosigue Bayo, quien señala concretamente: "Ni Dorado Villalobos ni yo hemos participado en la salvajada que se cometió con los señores Lasa y Zabala". "De igual manera, el general Galindo, el gobernador civil Elgorriaga y el comandante Vaquero son absolutamente inocentes de los delitos que se les imputan".
Sobre las declaraciones realizadas ante el juez instructor, Javier Gómez de Liaño, el 12 de agosto de 1997, Bayo expone: "Dicho juez mantuvo conmigo una serie de prebendas tales como permitir que estuviera con mi familia todo el tiempo anterior al desarrollo de cualquiera de las múltiples diligencias que realicé". Añade que en conversaciones extraprocesales, Bayo le preguntaba a Gómez de Liaño "cuándo" le iba "a poner en libertad". Según la versión del exguardia civil procesado, el juez garantizó al abogado defensor Ángel López Montero que cuando terminaran todas las diligencias decretaría su libertad.
"Execrables delitos"
"La última vez que hablé con el juez Gómez de Liaño a solas, éste me dijo que la Sala no prolongaría mis dos años de prisión provisional e incondicional", que luego se prorrogó por dos años más.
"No cabe duda que el juez Gómez de Liaño estuvo engañando tanto a mi abogado como a mí mismo de forma impropia, antiprocesal y lo que a mi juicio es más vergonzoso, de forma tan inmoral y poco caballerosa". "Creo que he sido cosificado por el juez Gómez de Liaño", agrega. Bayo finaliza reiterando que él y sus compañeros son "absolutamente inocentes" de los execrables delitos" que les imputan.
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