_
_
_
_
_
ECOLOGÍA

La costa de Bretaña es la más castigada del mundo por las mareas negras

En 32 años se han vertido accidentalmente 400.000 toneladas de petróleo

Las frías aguas de la costa francesa de Bretaña se han vuelto a vestir de luto estos días con el petróleo vertido por el buque Erika. Como una maldición, la historia se repite, y van ocho en apenas 32 años. En esta ocasión han sido 8.000 toneladas de crudo, pero en conjunto la cifra se acerca a las 400.000. Cantidades que permiten considerar a Bretaña como la zona con peor historial mundial en este apartado, tanto en número de catástrofes como en cantidades derramadas. Otro triste récord lo ostenta A Coruña, por ser la única ciudad que ha sufrido dos derrames en su litoral.

Más información
Un intenso tráfico en el Mediterráneo

El 18 de marzo de 1967, el petrolero de bandera liberiana Torrey Canyon naufragó a la entrada del canal de La Mancha. Las 119.000 toneladas de petróleo que llevaba formaron una marea negra, la primera de la historia, que apenas rozó las cercanas costas británicas para desplazarse a lo largo de las siguientes semanas hacia el norte de Bretaña, cuyo litoral recibió la mayor parte de la negra descarga.Pero fue el 16 de marzo de 1978 cuando se produjo la mayor catástrofe del mundo, a raíz del hundimiento del Amoco-Cádiz, un buque de construcción española, bandera liberiana, tripulación italiana y propiedad indirecta de la Standard Oil de Chicago, que descarga 221.000 toneladas de crudo a unos dos kilómetros de la costa bretona. En pocas horas más de 300 kilómetros de litoral quedan embadurnados. Los daños se evalúan en 25.000 millones de pesetas.

Bretaña no ha olvidado. A raíz de la catástrofe se creó Cedre, un organismo privado pero con apoyo gubernamental para el estudio, la recogida de documentación y la experimentación en torno a las contaminaciones accidentales del mar. Entre sus trabajos, una permanente vigilancia de la evolución sufrida por el paisaje debido al impacto del accidente. Según sus datos, la marea negra redujo la masa de animales marinos de la zona en 260.000 toneladas en el primer mes tras el vertido, mientras que las aves muertas por el petróleo se calculan entre 19.000 y 37.000. Durante los siguientes años se produjo una colonización en la costa de especies oportunistas, resistentes a la acción de los hidrocarburos. Se recuperó el equilibrio original en unos siete años.

Con todo, según se puso de manifiesto en un simposio celebrado en Brest en 1998, todavía se pueden encontrar trazas del desequilibrio producido en especies del fondo de las bahías. También persisten efectos a largo plazo como el incremento del número de casos de cáncer en animales.

Fuera de Bretaña, la huella de las mareas negras ha ido marcando las rutas del petróleo mundial. Entre las principales, hay dos que abastecen a Europa desde el Golfo Pérsico, una a través de Suez y otra que bordea África. En la primera se recuerdan los desastres del Independentza, que derramó unas 120.000 toneladas de crudo en Turquía en 1979 y el Irenes Serenade, que dejó unas 150.000 en Grecia en 1980.

Y ya en el tramo europeo, entre Galicia y el Mar de Norte, A Coruña ostenta el poco envidiable récord de haber sufrido dos grandes derrames en el litoral de la ciudad, el del Urquiola, con 108.000 toneladas en 1976 y el del Mar Egeo, con 80.000, en 1992.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_