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Sanidad investiga la muerte de cuatro parturientas y tres bebés en tres años

Sospechas sobre la combinación de dos fármacos mal administrados

En los tres últimos años, cuatro mujeres y tres bebés han muerto en el paritorio. Todos los casos, denunciados ante diversos jueces, parecen guardar relación con la administración de dos fármacos muy utilizados para acelerar el parto. Tanto los jueces como el Ministerio de Sanidad, al que se le ha notificado recientemente los casos, investigan los hechos. Los casos acontecieron en hospitales de Lugo, Madrid y Zaragoza.

La mayoría de las parturientas reciben hoy en día un tratamiento farmacológico a base de prostalglandinas y oxitocinas para acelerar el alumbramiento. La práctica general es administrar la prostalglandina en forma de gel para madurar el cuello del útero y, posteriormente, por vía intravenosa (con gotero), la oxitocina, que acelera el ritmo de las contracciones. Ambos fármacos vienen a tener el mismo efecto, de manera que, como explica el ginecólogo Javier Salmeán, "es de sentido común que no se pueden administrar de forma simultánea. Lo lógico es aplicar el gel y a las doce horas, una vez comprobada la reacción en la parturienta, administrar la oxitocina porque el gel se absorbe lentamente y una vez que lo pones ya no puedes interrumpir su efecto".En los cuatro dramáticos partos registrados en los tres últimos años parece que no se tuvo esta precaución. La información, adelantada ayer por Diario 16, ya está en manos del Ministerio de Sanidad. "Recientemente, los laboratorios implicados nos comunicaron los hechos", dijo ayer el subdirector general de Medicamentos de la Agencia Española de Medicamentos, Ramón Palop. "Lo hicieron porque están obligados a ello y ellos a su vez se han enterado por las denuncias presentadas por las familias".

Efectos adversos

Los fármacos utilizados para la inducción al parto son el gel Prepidil, que fabrica Pharmacia & Upjohn, y Syntocinon, de Novartis (antes Sandoz). El gel Prepidil es un estimulante uterino de tipo prostaglandínico que provoca contracciones más amplias y frecuentes que las naturales. En su prospecto se indica que está contraindicado en "historial de cesárea o cirugía mayor uterina, sufrimiento fetal preexistente o mala postura fetal, historial de parto difícil y/o traumático, enfermedad inflamatoria pélvica, desproproporción cefalopélvica, multíparas con seis o más embarazos anteriores". Igualmente, advierte de que el medicamento "puede potenciar la acción de la oxitocina, por lo que se aconseja monitorización estricta tras el uso simultáneo o consecuente"... "El tratamiento debe ser suspendido inmediatamente en el caso de que la paciente experimente algún episodio de hipertonía, contractilidad uterina mantenida o distress fetal". El otro fármaco, el Syntocinon insiste en su prospecto en la necesidad de la monitorización.

Los casos registrados no indican una incidencia de mortalidad materno-infatil mayor de la esperada, dijo ayer Ramón Palop. Y eso a pesar de que este indicador es oficialmente bajísimo en España, con poco más de 3 muertes maternas 6 infantiles por cada 100.000 partos.

Según la información de Diario 16, algunas de las mujeres fallecidas se habían sometido a técnicas de fertilización artificial y, supuestamente a causa de la medicación, sufrieron antes de morir náuseas, dolor de cabeza, vómitos, visión borrosa y coma; cuadro similar al descrito en los prospectos de los fármacos como "efectos adversos".

Sectores médicos han denunciado en ocasiones el abuso que se registra en los hospitales de estas técnicas de inducción al parto y de cesáreas, sobre todo en las clínicas privadas.

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