Desmantelado el poblado marginal de Jauja tres años después de lo previsto
El poblado de realojamiento de chabolistas de Jauja, en Latina, objeto de protestas vecinales por ser un hipermercado de la droga, pasó ayer a la historia. El Gobierno regional del PP ha cumplido su promesa de desmontar las 83 casas prefabricadas y alojar a sus habitantes en pisos antes del 2000. El núcleo se levantó en 1993, y el Ayuntamiento, del PP, y la Comunidad, entonces del PSOE, prometieron desmontarlo en cuatro años. Pero han pasado casi siete.
La Comunidad desmontó ayer los cuatro últimos prefabricados que quedaban en Jauja y realojó a sus habitantes. Sólo quedó en pie el casetón dedicado a la guardería y a la unidad de trabajo social, que será demolido el próximo martes. También permanece en la zona una chabola para cuyo derribo se ha solicitado un mandamiento judicial porque la familia que la ocupa no tiene derecho a ser realojada, según las instituciones.El concejal de Latina, Antonio Moreno, se mostró ayer satisfecho por la desaparición de este problemático núcleo. "Dijimos que el barrio de Jauja no existiría en el 2000, y los hechos lo demuestran", manifestó.
El desmantelamiento de este núcleo situado junto a la vía Carpetana había comenzado en abril de 1998 atendiendo a las demandas de los vecinos de la zona, que llevaban dos años manifestándose pidiendo su derribo.
Los habitantes de la barriada, todos ellos familias gitanas, han sido realojados en pisos sociales de alquiler del Gobierno regional o adquiridos por éste a particulares para arrendárselos a los chabolistas. La operación ha costado 1.000 millones de pesetas a las arcas regionales. Los terrenos de Jauja se destinarán ahora al parque de la Cuña Verde Latina, que es para lo que estaban reservados cuando en 1993 se levantó el asentamiento.
El Ayuntamiento y la Comunidad construyeron este poblado en 1993 para realojar a 83 familias chabolistas, 48 de ellas vivían en casetas en esa misma zona y el resto provenía del Arroyo de Valdecelada, en Carabanchel.
Las asociaciones de vecinos de Caño Roto, Lucero y Los Cármenes protestaron porque se levantase otro poblado en unos terrenos destinados al parque de la Cuña Verde Latina, ya que entonces prácticamente todo el espacio previsto para dicha zona verde estaba ocupado por el poblado chabolista del cerro de la Mica, con unos 200 chamizos.
Pedían que, antes de levantar un nuevo poblado, se realojase a los que ya vivían en el cerro de la Mica. También temían que el lugar se convirtiese en un importante punto de venta de drogas, como así ocurrió. Pronto a las quejas por el uso de una zona verde para otros fines se sumaron las protestas por el trapicheo. El desmantelamiento en la primavera de 1997 de otro importante punto de narcotráfico, el poblado chabolista de Los Módulos, en San Blas, incrementó la venta de drogas en Jauja.
Pero los ánimos se crisparon especialmente tras el cerco policial que la Delegación del Gobierno estableció ese verano en torno a los principales poblados marginales. La imagen de decenas de toxicómanos desesperados y esperando al cambio de turno de los agentes que rodeaban los asentamientos preocupó especialmente al vecindario, que redobló sus protestas. Las asociaciones ciudadanas reclamaron que se cumpliera lo prometido y que se desmontase este núcleo, que debía haberse derribado ya.
30 prefabricados
En 1998, la Comunidad atendió las reclamaciones y prometió desmantelar el núcleo para el primer trimestre del año 2000. Ese mismo año desmontó 30 prefabricados y realojó a sus habitantes. El resto de la operación, que incluye el desalojo de las familias con ingresos excesivos (por la venta de droga) para vivir en un piso social, se ha ido ejecutando a lo largo de este año.
También en 1998 el Consistorio y el Ejecutivo autónomo acabaron de desmantelar el poblado del cerro de la Mica, lo que permitió comenzar a trazar el parque de la Cuña Verde, que el vecindario esperaba desde mediados de los ochenta. Parte de los chabolistas de la Mica fueron realojados en bloques de pisos y otra parte en Las Mimbreras, un aislado poblado de casas bajas situado en un erial junto al aeródromo de Cuatro Vientos.
El parque de la Cuña Verde es el quinto en extensión de la ciudad. Con sus 90 hectáreas, unirá los paseos de Extremadura y de la Ermita del Santo.
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