Galindo jura "por Dios" y por su honor que no ordenó secuestrar y asesinar a Lasa y Zabala
"Quisiera, solemnemente, y sometiéndome a juramento, jurando por Dios y por mi honor, que nunca he ordenado semejantes cosas: ni el secuestro ni las torturas ni el asesinato de estos hombres". Así de rotundo negó ayer el general Enrique Rodríguez Galindo su implicación en el caso Lasa-Zabala. El procesado agregó inmediatamente: "Al margen de ese juramento, afirmo mi certeza absoluta de que mis hombres también son inocentes". El fiscal pide para Galindo 92 años de cárcel por haber ordenado el secuestro y asesinato de los etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala en 1983.
Rodríguez Galindo mantuvo durante la segunda jornada de su declaración en la Audiencia Nacional el mismo tono de elogio hacia sus subordinados, en especial al entonces cabo Felipe Bayo. Sin embargo, todo indica que Bayo quería algo más, y su abogado Ángel López Montero preguntó insistentemente a Galindo si vio a Bayo en las proximidades de Oñate (Guipúzcoa), donde se había cometido un atentado con el resultado de la muerte de un guardia civil aproximadamente a la misma hora que en Francia desaparecían José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala. Era el ir unidos, superior y subordinado, en la misma suerte. Pero Galindo dijo que no lo vio. "No lo recuerdo, pero, con toda seguridad tenía que estar allí", dijo el general.Ante la insistencia de López Montero, Galindo precisó: "Estoy absolutamente convencido de que Bayo estuvo allí, lo que pasa es que yo no le vi. Yo tenía responsabilidades mucho más dolorosas que cumplir".
El general, también a preguntas del defensor de Bayo, rechazó "rotundamente" que hubiera encomendado un servicio de custodia de detenidos en el palacio de La Cumbre (San Sebastián).
López Montero. ¿Los detenidos eran llevados al cuartel de Zumalacárregui, Intxaurrondo o a La Cumbre?
Galindo. Sólo teníamos calabozos aceptables en Zumalacárregui y lamento, señoría, que me pregunte usted por el palacio de La Cumbre".
L.M. ¿Recuerda si Gómez Nieto [cabo que procedía del Cesid y que instruyó al grupo de Intxaurrondo] le propuso intervenir contra ETA en Francia?
G. No sólo no lo recuerdo, sino que si lo hubiera hecho hubiera sido inmediatamente arrestado.
Tanto el general Enrique Rodríguez Galindo como el capitán Vaquero, que dirigieron el servicio de Información de la Guardia Civil en Guipúzcoa, negaron que hubieran existido los denominados grupos AT, o grupos antiterroristas contra ETA. "No existían", dijo Galindo. "Puede ser un error de un teniente coronel, dado que él no ha estado allí y yo sí he estado (...) Lo achaco a errores involuntarios".
Vaquero, por su parte, ratificó la versión de Galindo. A preguntas del fiscal sobre la existencia de los grupos AT 1, 2 y 3, respondió: "Jamás en todo el tiempo que he estado en San Sebastián se ha utilizado esa denominación".
Sin embargo, el actual director general de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, declaró ayer, tras un acto oficial en el cuartel de Intxaurrondo (San Sebastián), que los grupos AT sí existieron en este cuartel durante los años 80 y que aún hoy existen. Valdivielso, que ratificó que las siglas AT responden al término "antiterroristas", confirmaba así la versión que figura en documentos oficiales de la Guardia Civil sobre la existencia de estos grupos.
Galindo y Vaquero insistieron en que las operaciones Tolosa 1 y Tolosa 2, que en el sumario se atribuyen a los datos obtenidos de los interrogatorios de Lasa y Zabala, no fueron contra ETA militar, sino contra ETA político-militar. En el sumario, sin embargo, consta que los amigos de los dos etarras detenidos estaban vinculados al sector militar de ETA.
El teniente general José Antonio Sáenz de Santamaría, nombrado director de la Guardia Civil semanas después de la desaparición de Lasa y Zabala, manifestó ayer a CNN+ que no pone la mano en el fuego por ninguno de los acusados. "porque puedes tener una convicción moral pero no la convicción material. Esperemos al final del juicio". Santamaría indicó que su dificultad cuando se hizo cargo de la Guardia Civil era "evitar noches de San Bartolomé" y que "la guerra sucia de los GAL fue una continuación de la guerra sucia con UCD, que eran venganzas personales". En su opinión, no se ha pasado la página de la guerra sucia porque "estamos pagando las consecuencias de que un grupo político utilizara el terrorismo como arma electoral". "Ya veremos si no se emplea otra vez en vísperas de las elecciones de marzo y termina salpicando al juicio por el caso Lasa-Zabala", dijo el militar.
Jone Goiricelaia, diputada de EH, que acudió al juicio con Joseba Permach, parlamentario de la misma coalición, manifestó que no tiene confianza en que la justicia española vaya a esclarecer lo que ocurrió con Lasa y Zabala.
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