El triunfo del "sí" elimina las instituciones tradicionales
El triunfo de Hugo Chávez en el referéndum constitucional elimina uno de los principales obstáculos de su "revolución democrática" en Venezuela: la correlación de contrapesos y funcionamiento institucional establecidos en la derrotada Constitución de 1961. Aquélla fue redactada por los partidos Acción Democrática (AD), socialdemócrata, y Copei, democristiano, que se alternaron en el Gobierno durante los últimos cuatro decenios, y según el presidente Chávez, contiene unas cautelas que le impiden aplicar las reformas prometidas. La nueva Carta Magna entrará en vigor cuando su aprobación sea publicada en el boletín oficial, pero, a partir de hoy, el viejo y agonizante Congreso surgido del anterior orden deja de existir. Su existencia, de todas formas, era vegetativa desde que la coalición oficial Polo Patriótico barriera en las elecciones del pasado verano. La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) continuará siendo, junto con el Ejecutivo, el principal poder venezolano hasta el próximo 2 de febrero, fecha en que legalmente debe disolverse.
Para entonces deberán haber sido convocadas nuevas elecciones generales para formar la nueva Asamblea Nacional, que sustituye al Congreso, y renovar los gobiernos estatales, alcaldías y otros cargos municipales. Un Congresillo, integrado por constituyentes y miembros de la sociedad civil, cuyos miembros se elegirán de acuerdo a las normas fijadas por la ANC -121 de cuyos 131 escaños ocupan diputados del Polo Patriótico- se ocuparán de legislar y sacar adelante el trabajo pendiente durante la transición hasta los nuevos comicios.
Confusa todavía la metodología a seguir en la elección de los nuevos cargos, jueces del Tribunal Supremo, Fiscal General, o Defensor del Pueblo, la ANC seguirá emitiendo decretos y purgando las instituciones porque se declaró poder supranacional.
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