Los viajes de niños rusos a España

Con interés he leído en EL PAÍS del pasado 8 de noviembre el artículo titulado Rusia suspende el envío de huérfanos a España para forzar el regreso de "los niños de Asturias". No puedo dejar de compartir muchas de las disposiciones contenidas en ello. Al mismo tiempo, quisiera exponer algunas reflexiones que permitirían a la opinión pública española comprender de una manera más clara y correcta lo que sucede y el enfoque ruso hacia el problema planteado en este artículo.Nuestra colaboración humanitaria con España viene desarrollándose durante varios años, incluso en la forma de acogimiento familiar por los españoles para descansos recuperativos y tratamiento médico a los niños rusos de familias de un bajo nivel adquisitivo, de orfanatos, de las regiones ecológicamente desfavorables.

Los rusos estamos muy agradecidos por la sincera atención que la parte española ofrece en la esfera más delicada de nuestra vida. Puedo constatar con satisfacción que los últimos años de la cooperación han demostrado una experiencia rica y positiva, una práctica buena y útil para ambas partes.

Sin embargo, lo que sucedió en este caso concreto, a mi juicio, es un hecho sin precedentes que no encaja en normas jurídicas. Se están infringiendo acuerdos jurídicos, lo que ha puesto en duda los altos principios morales de la cooperación, debido a que un grupo de niños rusos de hecho se está siendo retenido en España.

La parte rusa no tiene nada en contra de la posibilidad de adoptar por familias españolas a los niños de nuestro país. Lo único en que debemos insistir -y seguiremos insistiendo- es en la necesidad de resolver el problema por parte de las autoridades competentes en Rusia como un Estado tutor y siempre en presencia del niño a adoptar. Así es la letra de la ley rusa, que debe respetarse sin excusas. Nosotros queremos solucionar el asunto sobre una base legal y dentro de un marco jurídico estricto conforme a los procedimientos de adopción prescritos por la ley.

A mi parecer, aquellos que tratan de exigir garantías para "acelerar" el procedimiento de adopción como una condición previa de retorno de los niños a su patria actúan sin tomar en consideración las normas jurídicas rusas, por no decir que actúan en su detrimento. Es evidente que no se puede hablar de ningún tipo de garantías -a nadie le está permitido influir de una u otra forma en el funcionamiento de las autoridades competentes respectivas-. Supongo que este mismo enfoque funciona en España con respecto a sus propios procedimientos prescritos por la ley. Pero, de hecho, a Rusia se le exige infringir lo que los mismos españoles consideran como unos indiscutibles cánones, propios de un Estado de derecho. Nos da lástima que, debido a las circunstancias surgidas, la parte rusa se vea obligada a corregir el programa de los viajes de niños rusos a España. Es lamentable también que los que más sufren son los niños, que se han visto en una situación de rehenes de los objetivos humanitarios interpretados arbitrariamente.

Pero no tenemos otra opción que el estricto cumplimiento de las normas y leyes nacionales, y tenemos derecho a contar con una comprensión adecuada por parte de los demás participantes interesados.- . Ministro consejero de la Embajada de la Federación Rusa en España, .