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EEUU consigue que israelíes y sirios reanuden las conversaciones interrumpidas hace tres años

Israel y Siria reanudarán la próxima semana en Washington las negociaciones directas que suspendieron en 1996, según anunció ayer el presidente de EEUU, Bill Clinton. En su "última conferencia de prensa del milenio", Clinton informó de que las gestiones realizadas esta semana en Oriente Próximo por la secretaria de Estado, Madeleine Albright, han dado resultado. El primer ministro israelí Ehud Barak, que encabezará la delegación de su país en Washington, y el presidente sirio, Hafez el Asad, que enviará a su ministro de Exteriores, Faruk Al Shara, han decidido relanzar un proceso de paz que jamás ha llegado a despegar.

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Clinton se negó a precisar cuál es la posición actual del Gobierno laborista de Barak sobre la devolución de los Altos del Golán, un territorio estratégico que Israel arrebató a Siria en la Guerra de los Seis Días, en junio de 1967. El presidente norteamericano justificó ese silencio indicando que, "para maximizar las oportunidades" del resucitado proceso de paz entre Israel y Siria, las dos partes y los norteamericanos se han comprometido a no dar demasiados detalles sobre el mismo.Pero Clinton sí que informó de que las conversaciones se reanudarán "en el punto en que fueron abandonadas" en 1996, cuando llegó al poder en Israel el derechista Benjamín Netanyahu. Damasco afirma que, antes del triunfo de Netanyahu, los israelíes estaban dispuestos a devolver el Golán a cambio del reconocimiento sirio del derecho de Israel a su existencia dentro de fronteras seguras y defendibles.

Los sirios aseguran que ese era un compromiso del primer ministro laborista Isaac Rabin, asesinado por un extremista judío opuesto al proceso de paz con el mundo árabe. Los israelíes, incluso los laboristas, siempre han afirmado que esa oferta era meramente hipotética.

"Estamos ante un paso decisivo en el proceso de paz en Oriente Próximo", dijo Clinton ayer. Barak y Asad, prosiguió, "quieren hacer la paz y saben que pueden alcanzarla en términos que satisfagan sus respectivos intereses". El primer paso será la reunión de uno o dos días que celebrarán la próxima semana en Washington delegaciones de ambos países.

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A partir de ahí, las dos partes decidirán cómo, cuándo y dónde continuar el proceso. Hafez el Asad, señaló Clinton, "está personalmente implicado" en la reanudación de las conversaciones con Israel y en la búsqueda de un acuerdo de paz. Si las dos partes avanzan en Washington, Clinton indicó que podría abrirse también un dialogo directo entre Israel y Líbano.

El pequeño país árabe, dominado ahora por Siria, tiene la parte sur de su territorio ocupada por los soldados de Israel, en contra de las resoluciones internacionales. Para el Gobierno de Clinton, y en particular para Madeleine Albright, el anuncio de ayer supone una victoria diplomática de la que estaba muy necesitado tras el enfriamiento de las relaciones con Rusia y el fracaso de la cumbre de Seattle de la Organización Mundial de Comercio.

Esa victoria ha sido posible por la victoria electoral del laborista Barak, que, tras el largo y duro paréntesis de Netanyahu, ha devuelto al Gobierno israelí las buenas intenciones negociadoras de Isaac Rabin y Simón Peres. Pero Clinton insistió en poner una nota de cautela a su anuncio. "No debemos hacernos ilusiones, el camino que nos espera va a ser arduo", dijo. "Israelíes, palestinos, sirios y libaneses tendrán que tomar decisiones duras y deberán mantenerse firmes frente a todos aquellos que intentan descarrilar el proceso de paz, y tristemente tengo que decir que esos últimos son muchos", insistió el presidente estadounidense.

Así lo reconocía también el propio primer ministro israelí ayer cuando, tras su desayuno de trabajo con Albright, la secretaria de Estado había mostrado su optimismo sobre una pronta reanudación de las conversaciones de paz entre israelíes y sirios. "Soy lo suficientemente realista como para saber que se necesitarán compromisos dolorosos para alcanzar la paz", manifestó Barak, informa Reuters.

Dudas sobre la diplomática

Albright, cuyas capacidades diplomáticas empezaban a ser cuestionadas en Washington, ha arrancado esta nueva esperanza para el proceso de paz en Oriente Próximo en las conversaciones personales que ha sostenido esta semana con el israelí Barak y el sirio El Asad. La secretaria de Estado, según recalcó ayer Clinton, le ha aportado a Barak "una clarificación de la posición siria en un amplio abanico de asuntos".

Fuentes diplomáticas en Damasco, según Reuters, aseguraban ayer que Albright había logrado respuestas del presidente sirio a cuatro asuntos fundamentales: la retirada israelí de los Altos del Golán; la naturaleza de las futuras relaciones de paz entre Siria e Israel; los arreglos de seguridad que seguirán a una eventual salida de las tropas israelíes, y un calendario para el proceso.

Las gestiones de Albright también han aclarado el calendario de las negociaciones entre israelíes y palestinos. En febrero, las dos partes deberán haber establecido el marco del acuerdo final en los más espinosos asuntos, como el porvenir de Jerusalén y las aspiraciones palestinas a disponer de su propio Estado.

Esa buena voluntad se ve ensombrecida por la demanda palestina de que Israel congele la construcción de nuevos asentamientos judíos en Cisjordania. Barak replica que no permitirá la creación de nuevos asentamientos, pero no se opondrá a la expansión de los ya existentes. Todavía en búsqueda de un gran hecho positivo que dejar para los libros de historia, Clinton prometió ayer que, hasta su último minuto en la presidencia, bregará por conseguir una "paz global en Oriente Próximo".

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