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Occidente juzga "inaceptable" el ultimátum ruso en Chechenia y amenaza con sanciones

Francia, Inglaterra e Italia se sumaron ayer a las críticas hechas por el presidente estadounidense, Bill Clinton, al ultimátum presentado por Rusia a la población de Grozni. Los rusos dieron hasta el sábado a los habitantes de la sufrida capital chechena, que desde hace semanas se encuentra bajo un bombardeo prácticamente ininterrumpido, para que abandonen sus casas y usen el corredor dejado por las tropas rusas para que puedan huir hacia el Norte. Ayer, George Robertson, secretario general de la OTAN, dijo que el ultimátum es "inaceptable" y que la actuación rusa es "desproporcionada".

Los que permanezcan en Grozni después del sábado, según las octavillas que cayeron sobre la capital chechena el lunes, serán considerados "terroristas y bandidos". A pesar de las críticas occidentales, el primer ministro Vladímir Putin mantuvo ayer una posición dura con respecto a Chechenia.Robertson aseguró ayer en Washington que los métodos del Ejército ruso son "contraproducentes e inaceptables para la comunidad internacional. Unas declaraciones en línea con las de otros dirigentes europeos. El presidente francés, Jacques Chirac, calificó de "inaceptable" el ultimátum dado por los rusos, término que también fue usado por el responsable de la política exterior y de seguridad de la Unión Europea, Javier Solana, y por el ministro alemán de Asuntos Exteriores.

El Ministerio de Exteriores británico citó al embajador ruso en Londres, Yui Fokin, para transmitirle su "alarma" por cómo se están desarrollando los acontecimientos en Chechenia, mientras el jefe de la diplomacia inglesa, Robin Cook, condenó el ultimátum y dijo que la ayuda internacional a Rusia será revisada si el Kremlin no respeta "las normas humanitarias básicas". El primer ministro italiano, Massimo D"Alema, también se unió al coro de condenas. "Lo que está sucediendo en Chechenia es horrible e inaceptable", declaró D"Alema horas antes de que el ministro ruso de Exteriores, Ígor Ivanov, llegara a Milán.

Pero al Kremlin no parece importarle la condena de Occidente. "Si los países occidentales están tan preocupados por la situación en el Cáucaso del Norte, que utilicen entonces su influencia no sólo para presionar a Rusia, sino también para liberar a los secuestrados en Chechenia", dijo ayer Putin en respuesta a las críticas de Clinton, quien, la víspera, dijo que Rusia "pagará caro por sus acciones en Chechenia". El primer ministro señaló estar dispuesto a "intensificar" sus contactos con los chechenos "con sentido común", pero es indispensable cumplir antes "importantes condiciones". Lo cierto es que ayer, el ministro ruso del Interior, Vladímir Rushailo, matizó los términos del ultimátum: "Lo que instamos es a salir de las zonas de actividad militar lo antes posible, pero el corredor para evacuar Grozni seguirá abierto después del día 11".

Para Putin lo principal es lo que piensa la población rusa, sobre todo cuando dentro de diez días se celebrarán elecciones legislativas, y dentro de seis meses, presidenciales. Y Putin sabe que todos apoyan la posición dura que ha adoptado el Gobierno con respecto a Chechenia. Ayer mismo, una serie de importantes políticos declararon su solidaridad con el primer ministro frente a las críticas occidentales.

Putin reiteró que Rusia "conducirá la operación antiterrorista hasta el final" y aseguró que sus tropas protegen a quienes "abandonan los lugares de combate". "Los dirigentes de las bandas armadas hace tiempo que sacaron a sus familiares a lugares seguros. Incluso el hombre que se considera presidente de Chechenia envió a su familia a otra región de Rusia y se encuentran bajo la protección del Servicio Federal de Seguridad", declaró.

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