El turismo se gastó en las tiendas de Barcelona 100.000 millones en 1998

En 1998, los turistas gastaron en las tiendas de Barcelona 100.000 millones de pesetas, cifra que este año crecerá por encima del 25%. Barcelona es ya una plaza turística y ahora, además, aspira a militar en el club de las ciudades más selectas también por su oferta comercial. Por ello, el Consorcio de Turismo de Barcelona presentó ayer la nueva marca Barcelona Shopping Line, que desde ahora identificará a los comercios de la ciudad que ofrezcan productos genuinos con un nivel de calidad alto.

Los principales activos con los que cuenta Barcelona para convertirse en una alternativa sólida a las ofertas comerciales de París, Londres o Milán son los 5 kilómetros de tiendas que se extienden por un circuito que va desde el Maremàgnum a la parte alta de la Diagonal y que tienen además alicientes tan atractivos como la Rambla, el Barri Gòtic y el Eixample. En este singular escenario es donde 60 tiendas ya disponen de la marca Barcelona Shopping Line. Animados por los resultados de la campaña impulsada hace cuatro años con el lema Barcelona Ciutat de Compres, los responsables de Turismo quieren ir un paso mas allá promocionando en el interior, pero sobre todo en el exterior, el citado eje comercial, al que más adelante confían incorporar otras zonas de la ciudad.

Raimon Martínez Fraile, director general del Consorcio de Turismo, explicó ayer a los comerciantes que llenaban el auditorio de La Pedrera que no van a escatimar esfuerzos para conseguir que los turistas "lleguen con el chip puesto" para que, además de disfrutar de la cultura y de la arquitectura barcelonesas, compren.

Encandilar al forastero

La jornada de ayer estuvo repleta de alusiones a la singularidad de Barcelona. Ante un público entusiasta, los responsables de Turismo explicaron con todo lujo de detalles la nueva marca y los esfuerzos que tienen previsto desplegar para lograr que ni un congresista que recale aquí ni un solo visitante que acuda a los salones feriales se vaya sin saber de la existencia de Barcelona Shopping Line. Para encandilar al forastero, el consorcio contratará a jóvenes ataviados con casacas distintivas que saldrán al encuentro de los visitantes en los hoteles y en los autobuses que les trasladan desde el aeropuerto o el puerto.

La euforia que se respira en el sector turístico local flotaba ayer en el ambiente y contribuye a que los pronósticos para la marca Barcelona Shopping Line fijen en 300 los socios para el próximo año. El tercer teniente de alcalde, Jordi Portabella, de Esquerra Republicana, alabó la voluntad de poner de relieve los elementos diferenciales de una ciudad que cuenta, dijo, "con un esplendoroso modernismo y un comercio que no debería frivolizarse".

Por su parte el presidente del Comité Ejecutivo de Turismo de Barcelona, el hostelero Joan Gaspart, hizo una extensísima disertación en la que enumeró los motivos que hacen de Barcelona un destino cada vez más apetecible.

En la jornada quedó claro que los visitantes de cruceros, preferentemente los norteamericanos, son los parroquianos más mimados debido a la abultada estela de compras que dejan a su paso.

Portabella se encargó de poner la guinda a un acto en el que no faltó ni un espectáculo a cargo de un grupo de jóvenes casacas azules que bailaban claqué ante La Pedrera.