José Carlos Martínez, estrella de la Ópera de París, logra el Premio Nacional de Danza
El Premio Nacional de Danza ha viajado este año a la Ópera de París. Allí trabaja desde hace ocho años José Carlos Martínez, un cartagenero de 30 años que ostenta la categoría de bailarín estrella, el máximo nivel que se puede alcanzar en esta gran compañía. Sin embargo, Martínez es muy poco conocido en España. Él lo sabe y por eso le ha extrañado que el Ministerio de Educación y Cultura le haya premiado. "Sería fácil recuperar a los bailarines españoles que están fuera con una propuesta cultural interesante. Muchos volverían. Yo también", asegura Martínez.
José Carlos Martínez se encontraba ensayando La creación, una nueva producción de la Ópera de París que se estrena el próximo día 17, cuando le comunicaron que era el nuevo premio Nacional de Danza, un galardón dotado con cinco millones de pesetas que en ediciones anteriores ha ido a parar a María Giménez, José Antonio Ruiz o Cesc Gelabert. Y Martínez, que sabe que gracias a este premio será más conocido en su país, no está dispuesto a que la conversación interrumpa durante demasiado tiempo el ensayo. José Carlos Martínez es uno de los cinco bailarines estrella con los que cuenta la Ópera de París, una de las más prestigiosas compañías de danza en todo el mundo."No me esperaba este premio porque en España no estoy en el ajo. Pero ya me he acostumbrado. Hace mucho que me fui a Francia y estoy encantado de estar en la Ópera de París. Aquí hago cosas imposibles de realizar en España. Como trabajar con coreógrafos que de otra manera no conocería nunca. Es una de las grandes ventajas que tiene la Ópera de París", declara este cartagenero que, con 14 años y sin saber una palabra de francés, ingresó en la escuela de ballet que dirigía Rossella Hightower en Cannes.
"Mis padres querían encontrar una escuela en la que, además de estudiar danza, pudiera terminar el bachillerato. Era la condición que me pusieron para dejarme bailar. Oyeron hablar del Centro Internacional de Danza de Cannes y conseguimos que me admitieran", relata Martínez, quien añade: "El único problema era que no sabía ni una palabra de francés. Al principio lo pasé muy mal, no estaba acostumbrado a estar solo". El bailarín terminó el bachillerato en París y con 19 años ingresó en la Ópera de París, en la que piensa permanecer, por lo menos, cinco años más.
Volver a España
"Estoy muy bien aquí. Pero a mí y a todos los bailarines españoles que están fuera nos gusta la vida de nuestro país, estamos acostumbrados al carácer español. Sería fácil recuperar a los bailarines españoles con una propuesta cultural interesante. Si hubiera una intención seria de formar una compañía de baile clásico volverían muchos. Yo también". Dice también este artista que le gustaría aportar a la danza española lo que no tenía cuando él tuvo que marcharse al extranjero. "Para que aquellos que se quieren dedicar a la danza no tengan que marcharse. Creo que es necesaria una compañía nacional de ballet clásico", dice.
José Carlos Martínez, una de las principales figuras de la danza en Francia, procede de Cartagena, una ciudad a la que no llegan espectáculos de danza, y de una familia de cuatro hermanos que nada tiene que ver con este arte. "A los nueve años vi una función en la academia de ballet de mi hermana y empecé a dar clases", explica. Su maestra, Pilar Molina, se dio cuenta rápidamente de las condiciones que tenía el pequeño bailarín. Con su ayuda, Martínez consiguió convencer a sus padres para ingresar en una buena escuela. "Del premio me alegro sobre todo por mis padres, que han hecho grandes sacrificios para que yo esté aquí. Siempre les ha entristecido que no se me hiciera caso en España", declara el bailarín.
El público español ha tenido pocas ocasiones de presenciar el baile de esta figura. El pasado mes de septiembre, Martínez realizó una función de Giselle en el teatro Albéniz, de Madrid, invitado por el Ballet Nacional de Cuba. Este verano también participó en una actuación en Segovia.
Martínez es un bailarín de sólida formación clásica que ha interpretado todos los grandes títulos de ballet, pero que no hace ascos a la danza contemporánea. "Lo que más me gusta es la variedad, interpretar todo tipo de estilos y personajes. Un día estoy haciendo Don Quijote y al mes siguiente interpreto una obra de Mats Ek", declara. No tiene una obra que prefiera sobre las demás ni tampoco un personaje. Confiesa que hay un título al que tiene especial cariño, La sílfide, porque fue gracias al que consiguió el rango de bailarín estrella.
El jurado que otorgó el Premio Nacional de Danza a José Carlos Martínez estuvo formado por Andrés Ruiz Tarazona, director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem); Juan José Herrera de Muela, subdirector de Música y Danza del Ministerio de Cultura; Aida Gómez, directora del Ballet Nacional Español, y profesionales relacionados con la danza, entre otros, Guillermo Heras, Carmen Roche y María Giménez.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.