Al calor de las humanidades

El debate suscitado hace un año cuando la ex ministra de Educación Esperanza Aguirre planteó reformar las enseñanzas de humanidades fue uno de los principales factores que llevaron a la Fundación Santillana a idear el ciclo de conferencias magistrales sobre La educación que queremos. Se trataba de ofrecer un marco educativo en el que eminentes figuras del mundo literario, académico y político expusieran sus ideas sobre la formación que debería ofrecer la sociedad desde las aulas y fuera de ellas a niños, jóvenes y adultos.En la primera edición de estas jornadas, estudiosos de las humanidades expusieron su criterio y recomendaciones. El escritor Antonio Muñoz Molina elogió cualquier labor que se haga en el aula por acercar los libros a los estudiantes en la disertación que abrió el ciclo. Muñoz Molina animó a educar para el disfrute del aprendizaje lento, tenaz y disciplinado.

A su intervención siguió la del catedrático de Filología Griega Carlos García Gual, que empujó a leer a los clásicos e hizo hincapié en la profunda crisis que sufren las enseñanzas de humanidades. También intervinieron el catedrático de Historia Juan Pablo Fusi, que resaltó las deformaciones que sufre el pasado por culpa de los nacionalismos, y el filósofo Fernando Savater, quien incidió en la importancia de enseñar a las personas a tratar con los demás, de no limitarse a educar en lo racional, sino también en lo razonable.

Representantes de diferentes áreas moderaron los debates que formaron la segunda edición: el de lengua y literatura, el catedrático José Manuel Blecua; el de lenguas clásicas, el presidente de la Sociedad de Estudios Clásicos, Francisco Rodríguez Adrados; el de geografía e historia, el catedrático Miguel Artola, y el de filosofía, el catedrático Emilio Lledó.

En la tercera parte del ciclo, cerrada ayer por lord Dahrendorf, han analizado la formación que deben recibir los ciudadanos el hispanista Raymond Carr, la catedrática de Ética Victoria Camps y el académico de la Española Juan Luis Cebrián.