Descubiertas en el norte de México fosas con decenas de víctimas de los "narcos"
Un centenar de policías federales de México y EEUU descubrieron en dos ranchos de Ciudad Juárez sendas fosas en las que el cartel de Juárez, supuestamente, sepultó a cerca de 150 personas asesinadas por pistoleros a sueldo. Al menos 22 de los cuerpos pertenecerían a ciudadanos norteamericanos, y alguno, presumiblemente, era informante o agente de la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) o del FBI, que investigaban al grupo narcotraficante más activo en el tráfico de drogas hacia el mercado norteamericano.
Soldados y funcionarios del Ejército y la fiscalía mexicanos, de la DEA y del FBI estadounidense trabajaron ayer conjuntamente en la línea divisoria entre los Estados de Chihuahua y Tejas en una operación cuyos detalles se desconocen y que puede durar semanas. "En los últimos cuatro años, y posiblemente durante más tiempo, han desaparecido en Ciudad Juárez ciudadanos de ambas nacionalidades sin dejar rastro alguno", informó un comunicado de la Procuraduría General de la República -que ejerce en este país la función de fiscalía general-.Las desapariciones de empresarios, militares o ex agentes de policía en la ciudad fronteriza han sido frecuentes, y su investigación, condenada al fracaso, en muchos casos porque la corrupción y el dinero del narcotráfico penetraron en los cuerpos de seguridad locales y en la propia judicatura. Fuentes estadounidenses admitieron que algunas de las personas buscadas fueron vistas por última vez con policías del Estado fronterizo bajo sospecha.
El presidente de EEUU, Bill Clinton, habló ayer de estas fosas como muestra del "exceso" de los carteles de la droga, algo que demuestra que "la situación es muy violenta. Clinton remató sus declaraciones de este modo: "Tenemos que tomar medidas".
Recientemente, este diario entrevistó en una prisión de Juárez a cuatro jóvenes inspectores mexicanos, formados en la academia española de Ávila, que, según declararon, fueron emboscados y detenidos por sus compañeros de Chihuahua cuando estaban a punto de probar su mafiosa alianza con jefes del narcotráfico en la desaparición de personas.
Un número indeterminado de procesos contra narcotraficantes naufragó porque los testigos más importantes desaparecieron. Algunos fueron secuestrados en la ciudad estadounidense de El Paso, en la otra orilla de Río Bravo, Juárez, o en otros puntos próximos al Estado de Tejas, de acuerdo con las conclusiones más creíbles.
200 mujeres asesinadas
Cerca de 200 mujeres fueron asesinadas, y violadas en su mayoría, en la asilvestrada Juárez, en cuya periferia más de 500 policías federales y peritos de México y EEUU, encapuchados muchos, buscan desde el lunes los cadáveres de agentes encubiertos o informantes perdidos, y de personas sacrificadas en ajustes de cuentas por el cartel, según las indicaciones de testigos protegidos, uno de ellos cómplice en esa cadena de asesinatos, según informó la DEA. Dos helicópteros sobrevolaron la zona ocupada por los soldados y funcionarios y laboratorios móviles.
Amado Carrillo, el señor de los cielos, dado por muerto, dirigió el cartel de Juárez, que actualmente lideran su hermano Vicente Carrillo y otros lugartenientes. El 55% de la cocaína destinada al mercado de Estados Unidos pasa por sus manos, según un cálculo aproximado. Agentes de la CIA (agencia de espionaje norteamericana) colaboran en la masiva operación, de la que los policías judiciales y municipales de Chihuahua tuvieron conocimiento cuando ya había comenzado para evitar filtraciones.
Las excavaciones se efectuaron en los campos de tiro de dos ranchos vallados con empalizadas de cuatro metros de altura. Fueron detenidos tres campesinos de Guanajuato, vigilantes de las fincas. Uno de los ranchos es propiedad de Jorge Ortiz, hijo de Cuauhtémoc Ortiz, que fue jefe de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), asesinado en 1996.
