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Agentes rusos detienen y acusan a una diplomática estadounidense de espionaje

La diplomática estadounidense Cheri Leberknight fue acusada ayer de espionaje por el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (SFS, principal heredero del KGB). Leberknight, segunda secretaria del departamento político-militar de la Embajada norteamericana en Moscú, fue supuestamente sorprendida cuando realizaba "actividades incompatibles con su estatuto diplomático", un eufemismo para el espionaje. La detención de Leberknight se produjo el mismo día en que EEUU acusara al oficial de la Marina Daniel King de espiar a favor de Rusia. King, experto en códigos, habría pasado un disquete con información secreta a los rusos en 1994. Las sospechas recayeron sobre el oficial debido a las pruebas que deben pasar en el detector de mentiras los oficiales con acceso a secretos.A pesar de que el descubrimiento de la espía parece una respuesta a la detención de King, un representante de los servicios de contraespionaje dijo que Rusia "no ve ninguna relación entre los dos escándalos", que se produjeron el mismo día en Washington y Moscú. "No queremos vincular estos dos sucesos porque no es nuestro estilo actuar de acuerdo al principio de ojo por ojo", agregó. El portavoz del SFS, Alexandr Zdanóvich, declaró que fue detenida con un exótico equipo de espionaje que incluía un aparato para detectar escuchas, tabletas de tinta invisible y un mapa con la localización de una cita con su fuente.

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El general Alexandr Zdanóvich declaró que Leberknight "intentaba obtener de un ciudadano ruso documentos secretos de carácter estratégico-militar". Borís Labusov, jefe de prensa del servicio de espionaje, fue más claro al declarar que la diplomática "recogía datos sobre el potencial nuclear de Rusia".

Leberknight fue detenida el lunes y trasladada al otrora temible edificio de la plaza Lubianka, sede que el SFS heredó del KGB y que ha pasado a la historia de Rusia como lugar de detención y desaparición de miles y miles de personas, especialmente durante el régimen del dictador Iósif Stalin. La diplomática fue puesta en libertad después de que los servicios de contraespionaje levantaran un acta ante el cónsul de EEUU y de un alto funcionario del Ministerio de Exteriores.

Últimamente, los servicios secretos de Rusia y EE UU se están acusando de haber aumentado el espionaje mutuo. A ello se suman las diferencias en torno al tratado de defensa contra misiles balísticos ABM, que EEUU quiere modificar para poder desplegar un paraguas nuclear, a lo que Rusia se opone.

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