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Empleados de Astilleros rompen el mecanismo de control del puente de Carranza en una protesta

Los buques de la empresa Bazán de San Fernando y del arsenal militar de La Carraca van a quedar bloqueados en el interior de la bahía de Cádiz durante un periodo aún por determinar. Un grupo de trabajadores de Astilleros Españoles (AESA) de Puerto Real destrozó ayer, durante una protesta contra la situación del sector naval, la cabina de control del puente de Carranza. El mecanismo electrónico que alza el tramo móvil para permitir el acceso de los barcos a la bahía quedó inutilizado. Durante el acto de protesta no acudió ningún miembro de la policía o de la Guardia Civil.

A la misma hora de la manifestación, la dirección de Astilleros, en un intento de mostrar la faz más productiva de la compañía, presentó un buque tecnológicamente avanzado que será entregado hoy a un armador noruego.Los empleados de los turnos de mañana y tarde de AESA en Puerto Real cortaron la circulación rodada en el puente de Carranza, uno de los dos únicos accesos a la capital,Cádiz. También esparcieron grasa por la carretera. De esta forma, la circulación volvió a quedar cortada, por cuarta vez en las dos últimas semanas, por las protestas laborales contra la situación crítica del sector naval.

La acción de ayer surgió durante una manifestación convocada por los sindicatos y derivó en los destrozos cuando una veintena de trabajadores, la mayoría de industrias auxiliares, se dirigieron a la cabina de control del puente de Carranza. En pocos minutos, esta instalación, que controla el tramo móvil, fue incendiada y tanto el pupitre de mandos como el armario de señalizaciones resultaron destrozados.

El jefe de control del puente, Alfonso Conesa, en una primera opinión sobre los daños, calculó que reponer todo el sistema llevará entre dos y tres meses, periodo durante el cual no podrán ni salir ni entrar de la bahía los buques procedentes de la factoría de Bazán y del arsenal de La Carraca.

"El puente está cerrado totalmente al tráfico marítimo", explicó Conesa al mediodía de ayer, quien señaló que los daños son "cuantiosos". El técnico aplazó un análisis más detallado de los destrozos hasta que se realice una evaluación precisa.

Paradójicamente, la protesta de los trabajadores de Astilleros de Puerto Real puede perjudicar a los de Bazán, dedicada a la construcción y reparación militar, y para la que un informe encargado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) a una consultora recomienda que se una a la planta de Puerto Real.

En Bazán de San Fernando se quedan bloqueados, por el momento, al menos cinco barcos; entre ellos, el transbordador Don Juan, de Trasmediterránea, y el buque escuela de la Armada española Juan Sebastián de Elcano, que está en el dique de reparaciones y tenía previsto hacer las pruebas de mar la semana próxima, antes de comenzar, en enero, un nuevo crucero de instrucción.

Los trabajadores de Puerto Real (los de la factoría de Cádiz pospusieron sus protestas hasta el miércoles, fecha fijada por los sindicatos del sector) eligieron para protestar el día en el que los armadores de la compañía noruega Navion se encontraban en Cádiz para recibir el buque lanzadera Navion-anglia, construido en esta planta.

Se trata de un barco de doble casco, de 265 metros de eslora y dotado para operar en las condiciones más extremas en el mar del Norte. El buque se encarga de sacar el crudo de las plataformas en alta mar y de transportarlo hasta las refinerías de la costa. El sistema de posicionamiento dinámico instalado en el barco le permite mantenerse firme, sin anclajes, mientras se prolonga la operación de trasvase del petróleo.

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