25 años de constante crecimiento

La valoración de la investigación que se realiza en las universidades españolas se puede extender a la que se hace fuera de ellas. Los resultados de la unión de las dos hablan por sí solos: España ha conseguido auparse al noveno puesto de la producción científica mundial. Pero también por el declive en la última década de los países de Europa del Este, que avanzaron al amparo tecnológico de la URSS. La investigación mundial está liderada hoy por EE UU (29,8%), Gran Bretaña (8%), Japón (7,7%), Alemania (7,3%), Francia (5,2%), Canadá (3,5%), Italia (3,5%) y

Rusia (3,3%). Tras ellos figuran

España (2,5%) y Holanda (2,1%).

Los investigadores españoles también han incrementado la difusión que sus trabajos tienen en la comunidad científica. Es decir, ha crecido el número de citas que reciben sus artículos en los textos de otros científicos.

La mejora global de la investigación española en los últimos 25 años se debe, además de a los incentivos económicos, a otros factores. El estudio de los profesores granadinos explica que en el periodo 1974-1982 hubo un aumento natural de la producción "por la apertura de los científicos a los usos dominantes en el resto de la ciencia occidental".

Entre 1982 y 1991, "la Administración dio prioridad a la I+D, lo que permitió continuar el avance con inversiones y contratación de nuevos investigadores".

Finalmente, la creación en 1989 de la CNEAI y del sistema de incentivos "introduce un nuevo estímulo que permite mantener y aumentar los ritmos productivos a pesar del declive de las ayudas a la investigación".

Los profesores de la Universidad de Granada concluyen su trabajo advirtiendo de la excesiva "dependencia de la investigación española del sector público y de su carácter esencialmente académico".