Una crónica visual refleja la sociedad y el arte de los virreinatos de América

Una planta del Museo de América, de Madrid (avenida de los Reyes Católicos, 6, Ciudad Universitaria), contiene las 171 piezas que forman la exposición Los siglos de oro en los virreinatos de América, 1550-1700, inaugurada ayer por los Reyes. El historiador Joaquín Bérchez y el hispanista Jonathan Brown han querido descubrir al público español una crónica visual de la dimensión americana de la monarquía hispánica a través de unas obras que tienen valor documental y artístico. La muestra permanecerá hasta el 12 de febrero y después visitará México.

"Hay que reconocer las diferencias y no caer en la trampa de considerar el arte americano como provinciano. La base es el arte español, pero esta exposición subraya la casi independencia del arte virreinal", declaró ayer Jonathan Brown. El hispanista estadounidense propuso una visión global del mundo americano como un proyecto de la sociedad estatal para la conmemoración de los centenarios de Felipe II y Carlos V. La muestra está patrocinada por la Fundación Caja Madrid.El equipo de Macua y García Ramos ha diseñado una segunda piel en las salas del Museo de América que contienen la exposición Los siglos de oro en los virreinatos de América, 1550-1700, dedicada a la cultura artística en los territorios americanos durante el periodo histórico del reinado de la Casa de Austria en España en los siglos XVI y XVII.

Para Jonathan Brown se trata de "la más ambiciosa" exposición que con objetos de primera calidad plantea "la transformación de la cultura clásica española" en los territorios americanos. "Es una forma de construir puentes entre España y América", dice Brown, experto en el siglo de oro de la pintura española que ahora investiga el arte en la América virreinal.

Joaquín Bérchez, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Valencia, plantea como comisario "una visión de la realidad americana" a lo largo del siglo XVII, con sus ciudades, catedrales y centros artísticos, "rechazando la autocomplacencia en una visión de la zona desde el arte español o europeo". En el montaje, con un presupuesto de 150 millones de pesetas, se ha dedicado un 10% a las restauraciones y recuperaciones de piezas, procedentes de museos e instituciones de España (el Museo de América aporta el 20% del total de 171 obras), Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. La obra más espectacular es la maqueta mecanizada de la catedral de México, construida por Carlos Martínez (Valencia) en madera a dos colores y a escala 1:50. El ordenador y el tallado a mano han intervenido en esta pieza de 700 kilos que, con un presupuesto de 12 millones de pesetas, se quedará en los fondos del Museo de América como ejemplo de "prodigio tecnológico, lenguaje clásico y técnicas constructivas", según Joaquín Bérchez.

Antes de llegar a esta maqueta, el visitante ha pasado por la primera sección, Entre el documento y el género artístico, con biombos, códices, dibujos y pinturas que presentan "una crónica visual de la sociedad virreinal", donde aparece una nueva versión histórica de hechos de la conquista, el valor del paisaje, la pintura de castas.

La catedral de México es el centro del apartado sobre la arquitectura, como la obra más monumental hasta la llegada de los rascacielos. Se exponen además planos y códices de otras catedrales de los virreinatos de Nueva España y Perú.

La sección dedicada a temas de la época y los centros artísticos reúne artistas y escuelas que se forman en la propia América. Destacan las obras de Cristóbal de Villalpando, Juan de Correa, Gregorio Vázquez de Ceballos y Diego Quispe Tito, junto a anónimos que pintan los ángeles arcabuceros o el Cristo de los Temblores.

Bérchez llama la atención sobre el "día después" de la exposición y el catálogo, con las nuevas aportaciones y la valoración de piezas singulares como los enconchados de la serie de 24 obras de La conquista de México, la serie de los ángeles de una ermita de Ezcaray (La Rioja) o el sagrario de una parroquia de Allo (Navarra).