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Una exposición reivindica el carácter revulsivo de la Colla de Sabadell en los años veinte y treinta

Se anticiparon a los happenings y las acciones artísticas de los años sesenta y setenta. Con ironía y desparpajo engrasaron los oxidados esquemas de la clase intelectual de Sabadell en los años veinte y treinta. Los integrantes de la denominada Colla de Sabadell desarrollaron desde ámbitos como las artes plásticas y la literatura, pero también desde otros como la edición, la música y el periodismo, una labor básica para la entrada de la antigua ciudad industrial en el mundo de las modernas ideas y tendencias. Una exposición, que estará abierta hasta el día 29 en el Casal Pere Quart de Sabadell (Rambla, 69), permite hacer un recorrido visual por las actividades más provocativas que realizaron.

La Colla de Sabadell estaba integrada por Armand Obiols, Josep Maria Trabal, Francesc Trabal, Joan Oliver -conocido también por el seudónimo literario de Pere Quart-, Lluís Parcerisa, Miquel Carreras, Joan Garriga, Antoni Vila Arrufat y Ricard Marlet. Próximo a la transgresión del dadaísmo, pero sin tanta afectación, e influido por el ideario noucentista, este colectivo también era conocido como grupo de La Mirada, nombre de la editorial que fundó, y representó una bocanada de aire fresco en el rancio ambiente cultural de Sabadell en el primer cuarto de siglo."Era una ciudad que, aunque próxima a Barcelona, transmitía un ambiente cultural del siglo XVIII. Los centros de activismo intelectual eran la Academia Católica y la Academia de Bellas Artes, instituciones de donde salieron y se rebelaron los futuros integrantes de la Colla", explica Miquel Bach, comisario de la exposición junto al resto de integrantes de la Fundación La Mirada. A juicio de Bach, "lo que diferenciaba a los miembros de la Colla de los dadaístas es que éstos ya habían perdido la fe en la cultura europea debido al horror causado por la I Guerra Mundial. La Colla tenía esperanza en un nuevo tipo de burguesía moderna que trajera el progreso al país, en la línea de lo preconizado por los noucentistes".

La exposición escenifica diferentes acciones que realizó la Colla. La primera fue la acampada de siete días realizada en la Font del Saüc, en 1919. Para la época, este tipo de campamento era sólo cosa de gitanos, además de lo chocante que representaba para las mentes bienpensantes el hecho de convivir en una actitud de festejo permanente durante varios días en los que recibieron muchas visitas. En la exposición, que coincide con el centenario del nacimiento de Joan Oliver y Francesc Trabal, se muestran numerosos documentos gráficos que documentan el carácter provocador de la acción.

También se reproduce el campamento de Santa Pola, donde junto al mar se bañaban en una vieja bañera que habían transportado en un camión. Las acciones de la Colla siempre estaban caracterizadas por el sentido del humor. En cierta ocasión se instalaron en medio de una plaza pública ofreciendo romanços, publicaciones muy populares en la época que ellos reproducían con el mismo formato pero con textos transgresores. Su Casino dels Senyors era una parodia del Casino Sabadellés. En él había un espacio dedicado a la exhibición de pequeños objetos que sustraían en las visitas a las casas importantes de la ciudad.

La exposición, organizada por el Ayuntamiento de Sabadell, Fundación Caixa de Sabadell y Fundación La Mirada, también hace un repaso a la presencia de varios de los miembros en la prensa, su labor de difusión de la música del momento, y la labor de edición mediante la creación de Edicions La Mirada con la que publicaron varios de sus textos. Llegada la guerra civil, el exilio y diferentes circunstancias disgregaron el grupo.

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