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El hospital de Mataró tardó 10 días en notar la avería de la toma de gases

Un juez investiga al centro por la muerte de dos pacientes

El hospital de Mataró tardó 10 días en detectar la avería en la toma de gases medicinales de la sala del TAC del Servicio de Diagnóstico por la Imagen, fallo que podría ser la causa de la muerte de dos pacientes en septiembre pasado. Así se desprende de las declaraciones que realizaron ayer ante la juez los jefes de enfermería, mantenimiento y electromedicina. El cruce de los conductos de gases hizo que se suministrara a los pacientes protóxido de nitrógeno (gas anestesiante) en lugar de oxígeno.

El abogado del Comité de Trabajadores del Consorci Sanitari del Maresme, Pep Manté, que actúa como acusación particular y que estuvo presente en la comparecencia de los testigos ante la juez, explicó ayer que el personal del centro sanitario sospechó que había alguna anomalía en la sala del TAC (tomografía axial computerizada) cuando el pasado 7 de septiembre falleció por un fallo cardiaco la segunda paciente, María Blanch, mientras se le practicaba un escáner.En ese momento empezaron las revisiones de todos los instrumentos electromédicos que intervenían en las funciones de respiración y ventilación, pero no se precintó la sala, y el servicio funcionaba, por tanto, bajo sospecha. Según los abogados del caso, los testigos que ayer prestaron declaración afirmaron que el error no se localizó en las tomas de gases medicinales hasta el 16 de septiembre, cuando se practicó un TAC a una niña de tres años.

Fuentes del Consorci Sanitari del Maresme siempre mantuvieron que no sospecharon del mal funcionamiento de la sala del TAC, hasta que practicaron un escáner a la niña. Ningún responsable del Consorci Sanitari quiso comentar ayer esta cuestión.

Pep Manté pidió ayer "responsabilidades civiles, administrativas y políticas". El abogado añadió que hay que estudiar detalladamente la documentación de la que dispone la juez y depurar responsabilidades que se pueden haber producido "por omisión al fallar los controles de calidad y de recepción de la obra".

Carles Guañabens, abogado de la familia de la fallecida María Blanch, considera que, a la vista de las pruebas practicadas hasta hoy, se confirma que "hubo negligencia", aunque hay que determinar quién es el responsable.

En el sumario del caso no consta que se haya efectuado la recepción de las obras realizadas en la sala de radiología ni que las empresas responsables hicieran los controles de calidad de las instalaciones. El Servicio Catalán de la Salud (SCS) asegura, no obstante, que dispone de toda la documentación que acredita que las instalaciones habían sido controladas antes de que entraran en funcionamiento. De todas formas, el SCS reconoce que es evidente que los controles no se efectuaron, ya que se habría detectado la anomalía.

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