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La CE lleva a juicio a Francia por seguir embargando la carne británica

París anuncia de nuevo "un principio de acuerdo" con Londres

La Comisión Europea (CE) tomó ayer la decisión de abrir un procedimiento de infracción contra Francia por su negativa a levantar el embargo a la carne de vacuno británica. La decisión de Bruselas se produjo pocas horas después de que París anunciara de nuevo "un principio de acuerdo" con Londres, que deberá recibir ahora el visto bueno de los científicos franceses. La CE parece querer presionar al Gobierno de Lionel Jospin para que convierta en hechos los repetidos principios de acuerdo en este contencioso.

La Comisión Europea lanzó también una advertencia a Alemania, y le instó a presentar un calendario sobre el levantamiento del embargo. "Los casos son distintos, porque Alemania nunca ha dicho que no vaya a levantar el embargo", precisó el comisario europeo responsable de Sanidad y de Política de Consumidores, el irlandés David Byrne.Los comisarios comunitarios le han concedido a Francia un plazo de dos semanas para presentar por escrito las alegaciones que estimen oportunas frente a las acusaciones de Bruselas. Pasado ese plazo, y si la Comisión no se considera satisfecha por esas explicaciones, se entrará en la segunda fase del proceso jurídico: el dictamen motivado.

A partir de entonces, París dispondrá de un máximo de dos meses para acatar la decisión de la Comisión. Si no lo hace, empezará entonces propiamente el caso ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas.

Pero nadie en la Comisión piensa que vaya a llegar a ese extremo. Si ello ocurriera, significaría abrir un contencioso que puede durar más de dos años y seguir agriando las relaciones entre dos de los principales socios de la Unión Europea.

"Estamos muy cerca de un acuerdo. Ayer pensaba que se iba a alcanzar, pero no fue así. Creo y espero que se logre en los próximos días", declaró ayer el comisario Byrne.

Sus palabras coinciden con las de los dos ministros afectados. El francés Jean Glavany habló ayer en su Parlamento de un "principio de acuerdo". Su colega británico, Nick Brown, afirma que "estamos cerca, cada vez más cerca unos de otros".

"Tenemos un principio de acuerdo, pero el Reino Unido debe aún estudiar algunos aspectos relacionados con los análisis del ganado en sus granjas", declaró Glavany en la Asamblea Nacional francesa. Si Londres da el visto bueno a ese acuerdo, el Gobierno de Jospin lo someterá al análisis de sus científicos de la Agencia de la Seguridad Sanitaria y Alimentaria Francesa.

París quiere llevar hasta el final su compromiso de que sean los científicos, y no los políticos, quienes tengan la responsabilidad última en el levantamiento del embargo. Ese acuerdo no prevé que se sacrifique a todos los animales de una granja cuando se haya detectado una vaca enferma, pero sí serán sacrificados en esa granja todos los animales que tengan la misma edad que la res enferma.

Ventajas para todos

Con ese panorama, los pronósticos se inclinan en Bruselas por un levantamiento rápido del embargo. Todos los implicados saldrían ganando. La Comisión, porque cuajaría la imagen de que ha sido su decisión de llevar a Francia al tribunal lo que ha forzado la resolución de la crisis. El Reino Unido, porque habría logrado su objetivo primordial: abrir el mercado francés. Y París, porque habría conseguido, gracias a una postura unilateral, que la carne británica circule con más garantías que en el resto de países de la Unión y, sobre todo, porque será una carne marcada con una etiqueta que hará casi imposible su venta en territorio francés.En ese caso, el problema se centraría en Alemania. Berlín no se ha negado a levantar el embargo, pero ha hecho muy poco para acabar con él. Los Estados alemanes federados se niegan a dar luz verde a la carne británica. Fueron ellos quienes desataron el embargo al cerrar las fronteras por su cuenta, sin esperar a una decisión comunitaria, cuando se desató la crisis en 1996. Y parece que serán ellos quienes dirán también la última palabra.

El comisario Byrne fue ayer comprensivo, pero empezó a mostrar el garrote detrás de la zanahoria. "Se ha de tener en cuenta que la estructura constitucional de Alemania es especial y que no han cuestionado radicalmente el embargo. Necesitan más tiempo. Pero también recibirán una carta de "preinfracción" para imponerles una fecha límite. Un periodo de 15 días me parece razonable", advirtió.

Asunto de política interna

En el Reino Unido se han registrado 178.000 casos de vacas locas. Se estima que más de 40 personas han muerto en ese país tras consumir carne contaminada o productos derivados. En el resto de la UE, protegida por un embargo rápido y estrictas medidas sanitarias, sólo ha habido 830 reses contaminadas, pero los animales sacrificados han sido muchos más, porque cada caso detectado se elimina todo el rebaño.Para las autoridades francesas, aceptar el levantamiento del embargo yendo contra del consejo de la Agencia de la Seguridad Alimentaria Francesa, es algo políticamente delicado. El fantasma del error dramático cometido con la elaboración de preparados sanguíneos para transfusiones destinadas a los hemofílicos con sangre contaminada con sida, que causó, desde mediados los años 80 y hasta 1990, la muerte de más de 1.000 personas, sigue en la memoria de todos. El Gobierno de Jospin no quiere verse envuelto en un embrollo que ponga en peligro la salud pública. Y tampoco quiere, por razones de política interna, ceder ante los británicos, porque teme que eso sea explotado por los antieuropeos o por un presidente Chirac que exige rigor sin arriesgar nada a cambio.

El hecho de que los alemanes tampoco hayan levantado el embargo o de que EE UU, Suráfrica y un buen número de países de la Commonwealth tampoco quieran buey británico, da más argumentos a París frente a Bruselas. Pero Blair, que tiene el aval de la Comisión Europea, necesita una victoria ante los euroescépticos.

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