El Gobierno cree que el trato de Castro al Rey no hace posible una visita a Cuba

El Gobierno español advirtió ayer, al término de la Cumbre de La Habana, de que el trato dado por Fidel Castro al Rey, especialmente durante su recorrido por las calles el lunes, prueba que no se dan las condiciones para una visita oficial de los Reyes a Cuba. Un alto funcionario se quejó ayer del "férreo control" al que fue sometido don Juan Carlos durante su paseo, en el que no pudo acceder espontáneamente a la población, y culpó a las autoridades cubanas de haber impedido a propósito ese contacto. José María Aznar, sin embargo, evitó emplear en una conferencia de prensa términos descalificatorios sobre el régimen cubano y defendió que la cumbre había sido un éxito. El presidente español insinuó que volverá a Cuba "cuando se den las condiciones necesarias", es decir, cuando las libertades democráticas sean una realidad. Tampoco quiso abandonar la isla sin reiterar su apoyo a los disidentes, y señaló que si éstos no tienen "más representantividad" en la sociedad cubana es porque no hay un sistema político pluralista. El documento final de la reunión, firmado por Castro, destaca la coincidencia de todos los participantes en los valores de "la democracia pluralista" y la necesidad de "materializar con rapidez" un compromiso "para avanzar hacia un sistema financiero más ordenado". La Declaración de La Habana recoge una condena genérica a "la aplicación unilateral y extraterritorial de las leyes o medidas nacionales que infrinjan el derecho internacional". El ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, explicó que esa declaración no se refiere al caso Pinochet, un asunto que ha marcado los debates de la cumbre.