El cromosoma asesino, la lobotomía y la corteza cerebral
En 1935, dos neurólogos portugueses inventaron un contundente tratamiento que obtuvo una amplia aceptación en todo el mundo: la lobotomía. Se trataba de una operación quirúrgica consistente en hacer una incisión en la cabeza para seccionar el llamado cuerpo calloso, el haz de nervios que une los dos hemisferios cerebrales. Era un método radical para tratar la esquizofrenia que se impuso también para tratar a enfermos depresivos, con agitaciones nerviosas, con instintos violentos o asociales.Se empezó a recurrir a la lobotomía cuando el electrochoque no funcionaba, y el resultado era convertir al enfermo en una persona carente de tensión, aunque también dominada por la apatía y la pasivididad. El invento de António Egas Moniz y Almeida Lima fue premiado con el Nobel, pero dos décadas después empezó a cuestionarse por razones éticas hasta que se rechazó de plano.
Los científicos siguen pensando, sin embargo, que tras un trastorno de la personalidad como es la psicopatía se esconde probablemente una configuración o un funcionamiento del cerebro alterado o, cuando menos, diferente al del resto de los seres humanos. Y así, según ha explicado estos días José Sanmartín, el director del Centro Reina Sofía, muchos estudiosos aventuran la hipótesis de que quizá el psicópata sufra cierta desconexión entre las partes del cerebro que controlan las emociones y la agresividad.
Consciente y agresivo
Algunas investigaciones, realizadas a base de descargas eléctricas en pequeñas zonas de la corteza cerebral han demostrado que la amígdala cerebral es la responsable del comportamiento violento, mientras que la zona orbitofrontal es la que planifica y controla a la amígdala. Una menor actividad en una de las zonas y la desconexión entre ambas es la que haría posible que el psicópata sea completamente consciente de sus actos y, sin embargo, no controle su agresividad."En cualquier caso, es evidente que en la psicopatía hay causas biológicas y causas sociológicas o ambientales", explica Sanmartín. "Yo soy de los que da más importancia a las causas biológicas. Diría que la gente nace con una cierta predisposición psicopática que sólo tiene consecuencias nefastas en virtud del ambiente en el que se mueve".
A las causas ambientales habría que achacar, también, las diferencias que hay entre unos países y otros. Como dice Vicente Garrido, "el asesinato en serie es tan americano como las hamburguesas". No obstante, no todos los psicópatas son asesinos en serie; y viceversa.
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