El avión egipcio accidentado alcanzó gravedad cero en su caída
El avión siniestrado de Egypt Air alcanzó gravedad cero cuando se precipitó al mar en el accidente que causó la muerte de sus 217 ocupantes el pasado 31 de octubre, según informó ayer el director de la Administración Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), James Hall.Hall dijo que los datos del vuelo del Boeing 767 señalan que se mantuvo en esa situación durante 20 segundos de descenso en picado, lo que habría causado una sensación de total falta de fuerza de gravedad entre sus ocupantes.
El director de la NTSB agregó que hubo un momento en esa caída en que pareció que los motores se hubieran detenido. Señaló que eso ocurrió antes de que bajara a una altura de unos 5.000 metros la cual, según los radares, fue el nivel más bajo al que llegó antes de iniciar un ascenso a unos 8.000 metros.
Según Barry Schiff, experto en seguridad aeronáutica y antiguo piloto de línea de la compañía TWA, la parada de los reactores del Boeing egipcio fue necesariamente el resultado de una acción humana. "El selector de arrancada de los motores consta de un gatillo del que hay que tirar y empujar hacia abajo en posición de parada", explicó Schiff.
Hall confirmó que las investigaciones preliminares de los datos registrados por la caja negra revelan que "este selector pasó de funcionamento a parada, lo que es coherente con la extinción de los motores".
Intención de estrellarse
"Nadie haría una cosa semejante, a menos de tener la intención de estrellarse", dijo Schiff. "cada vez hay más pruebas de que ocurría algo alocado en la cabina del piloto", añadió, dejando en el aire la pregunta de si el mismo piloto habría apagado los motores o si un pirata del aire lo habría obligado a hacerlo. "Pero ¿como conocería un secuestador la manera de apagar los motores? Tendría que tener formación para esto", opinó.El funcionario explicó que, al parecer, los datos de la grabadora del vuelo terminan antes de que el avión comenzara ese ascenso final.
Según explicó Hall, aunque algunos de estos interrogantes tal vez se aclaren una vez que se recoja del mar la grabadora que contiene las conversaciones en la cabina.
La búsqueda de esa caja negra continuó ayer a pesar del mal tiempo a unos 100 kilómetros de la isla de Nantucket, en el Estado norteamericano de Massachusetts. El robot controlado a distancia que busca la segunda caja confirmó ayer que ésta se encuentra bajo una capa de escombros, lo que dificulta su recuperación.
El comandante del aparato, Ahmed Al Habashy, tenía 32 años de experiencia en el manejo de aviones y el copiloto, Gameel el-Battouti, más de 14.300 horas de vuelo. Ambos estaban a punto de retirarse.
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