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Ya casi son nadie

Xavier Vidal-Folch

En el barrio de la colina soleada, otras 17 familias serbias se amalgaman en un bloque de pisos habitado por unos 200 albaneses. "Apenas salen de casa, y cuando van de tiendas, los vendedores les boicotean", ilustra el cabo Davies Rokliff. Por eso se alimentan de la ayuda humanitaria que les da ACNUR y realizan sus recados gracias a los favores de la soldadesca.Otro tanto pasa en el sur, donde además los que escapan a Serbia -cada vez son menos, pues ya casi son nadie- encuentran enormes dificultades para vender sus pisos. Una organización clandestina amenaza a los compradores, y si la presión no surte éxito, les coloca a otra familia okupa en la vivieda recién reestrenada.

En otras zonas -como la central- el drama es menor. Pero en este drama se juega el futuro de Kosovo.

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