"La materia prima de la radio debe ser el talento"

Josep Maria Martí (Reus, Tarragona, 1950) lleva 10 años dirigiendo Radio Barcelona y las emisoras SER-Cataluña. La suya es una vida de plena dedicación al medio. Es profesor titular de Comunicación audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona y presidente de la Societat Catalana de Comunicació, del Institut d"Estudis Catalans. Ha publicado diversos libros: el último, La ràdio a Catalunya (1995).Martí considera que la radio se halla en un momento de cambio que él denomina "segunda transición". "La primera, la etapa de la apertura democrática, se basó en una apuesta por los espacios informativos, que en esta casa dirigió Manuel Terán. La década de los noventa, en cambio, supone una importante diversificación de la oferta: magazines y talk-shows copan las programaciones. Esto se ha producido en paralelo a un cambio en la gestión de las emisoras y en el empleo de las nuevas tecnologías. La radio hiperinformativa de la primera transición todavía colea, las tertulias son sin duda el último reducto de ese modelo. Pero, a la vez, la radio del futuro, que coincide con el cambio de siglo, se halla todavía en una fase incipiente, con mucho trecho por recorrer. Los resultados de esta segunda transición los veremos en los próximos 10 años".

"Hasta hace muy poco", prosigue Martí, "la radio contaba con un único soporte, el de las ondas, pero la aparición de Internet y de la tecnología digital amplían ese horizonte. Tal como lo veo, en breve desde una emisora de radio serviremos no sólo sonidos, sino muchos otros servicios integrados, empezando por imágenes. Todo esto va a modificar los esquemas de participación de la audiencia de forma radical: el medio tiene ahora la oportunidad de convertirse de verdad en interactivo. Ha llegado el gran cambio soñado por Bertolt Brecht: la radio va a dejar de ser un mero aparato de distribución para convertirse de lleno en un instrumento de comunicación entre las personas".

Pese a todas estas potencialidades, Martí piensa que los avances técnicos no deben deslumbrarnos. "La materia prima de la emisora ha sido y debe seguir siendo el talento, la creatividad. Todo lo demás, el oficio, la pièce bien faite, incluso la propia gestión de la emisora, son cosas que vienen después. Lo principal es conseguir las condiciones de libertad para que el talento pueda desarrollarse. Se trata de una carrera de fondo en la que hay que perseverar y estar preparado para que cuando el éxito llegue lo haga incluso para perjudicarte. Pongo como ejemplos a Sardà o a Andreu Buenafuente y El Terrat. Hay muchas horas de trabajo detrás de ellos, hasta que llega la televisión y entonces parece que el éxito sea una exclusiva suya. Contrariamente a la radio, la televisión es una carrera de velocidad. Pero la generación de Bassas, Grasset, Clapers o Jordi González se ha formado en esta casa hasta que ha emprendido el vuelo, como en su día había hecho Puyal".

"¿Qué hace el director? Pues cargar con las consecuencias de las explosiones súbitas de talento", bromea Martí. "Su tarea básica es la de crear las mejores condiciones de trabajo. Antes de llegar a la tarde, Gemma Nierga estuvo cuatro años presentando un programa nocturno. Fue allí donde forjó su particular estilo, esa manera de escuchar y no pontificar que pone al oyente en la situación más cómoda. Pero todo eso necesita su tiempo".

Concluye Martí que Cataluña ha tenido una situación de privilegio en el horizonte radiofónico español. "Hay un dato revelador. Cuando ya en Cataluña se escuchaba mayoritariamente la frecuencia modulada, en el resto de España se seguía prefiriendo la onda media. Muchos programas que han acabado imponiéndose en todo el país han nacido aquí, donde el sector es muy dinámico, con muchas emisoras compitiendo y una necesidad constante de renovarse. Ahora mismo ya existe un espacio dirigido a la comunidad homosexual producido en Cataluña. Este modelo no tardará en consolidarse fuera del lugar de origen. Y el hecho constituirá un síntoma de normalidad y de apertura de miras para todo el país".