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La abogada denuncia graves irregularidades en la denegación de asilo a los polizones de Pasajes

Aurora Intxausti

La aventura de ocho africanos para entrar en Europa escondidos en el barco Larissa ha quedado en suspenso mientras el Ministerio del Interior responde a los recursos contra la denegación de asilo. Pero la letrada de oficio asignada a los polizones ha presentado en el juzgado una denuncia contra el comisario de la brigada de Extranjería por las "irregularidades" cometidas al notificarles el rechazo inicial de su petición de asilo sin que estuvieran presentes un abogado y un traductor. La Subdelegación del Gobierno en Guipúzcoa asegura que todo se hizo de forma legal.

La abogada del Turno de Extranjería del Colegio de Abogados de Guipúzcoa, Miriam Sánchez, presentó el lunes una denuncia ante el Juzgado de Instrucción número 5 de San Sebastián por entender que el comisario jefe de la brigada de Extranjería comunicó a los polizones la decisión de Interior de denegarles el asilo sin contar con la ayuda de un traductor y sin que estuviera presente un abogado. El letrado Javier Galparsoro, de la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR), considera también que desde que los ocho africanos arribaron a puerto a bordo del buque Larissa, de bandera maltesa, se han cometido graves irregularidades administrativas, por lo que estudia "la interposición de varias acciones judiciales". La Subdelegación del Gobierno en Guipúzcoa niega tales extremos y asegura que la notificación fue realizada uno a uno a los ocho polizones de "forma correcta y fehaciente".La representante legal de los ocho africanos presentó ayer los informes para el reexamen de la petición de asilo de los polizones, una vez que Interior les comunicó su negativa a la demanda inicial. A partir de la hora de entrega de la documentación, Interior tiene un plazo de dos días para responder a la petición, que deberá contar con un informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para el Refugiado, aunque éste no es vinculante para esta primera resolución.

Los ocho africanos que viajaban escondidos en el barco Larissa se encuentran en buen estado de salud, aunque atemorizados por la situación que están viviendo, según señalaron personas que han logrado establecer contacto con ellos. Los polizones se encuentran en el vestuario de los trabajadores de la Autoridad Portuaria de Pasajes y custodiados por la policía. No podrán abandonar estas dependencias en tanto no consigan una resolución administrativa y otra judicial favorable a su demanda de asilo.

El mercante Larissa, de 92 metros de eslora y con 19 tripulantes a bordo de nacionalidad ucrania, zarpó en la tarde de ayer tras descargar 1.552 toneladas de madera.

Red de tráfico ilegal

El importante incremento de polizones que se ha registrado en el último año en Guipúzcoa -casi un 60% más que en 1998- hace sospechar a la policía que puede deberse a la actividad de alguna de red de tráfico ilegal de personas. Se da la circunstancia de que los últimos barcos que han recalado con inmigrantes ilegales a bordo se dirigían posteriormente a puertos de Francia, país donde la localización de una persona indocumentada en un barco está penado con una multa de 10.000 francos (250.000 pesetas) que debe abonar el armador. Sin embargo, en España, según la Subdelegación del Gobierno, no existe tal penalización para la empresa o el capitán de la embarcación.

De los 46 polizones que han llegado a Guipúzcoa durante este año -la mayoría de ellos de Sierra Leona- tan sólo tres inmigrantes sin documentos han logrado que se les acepte la demanda de asilo. Y todos ellos pertenecían al buque Theodora, de bandera boliviana, cuya tripulación denunció en el mes de agosto que los responsables del carguero podrían formar parte de una organización dedicada a transportar inmigrantes ilegales a Europa. Los tripulantes aseguraron que los polizones llegaban a pagar hasta un millón de pesetas por viaje. Los inmigrantes, cuatro paquistaníes y un marroquí, fueron soprendidos en la estación de ferrocarril de San Sebastián cuando se disponía a subir a un tren con destino a Barcelona.

El último de los polizones que han arribado a la dársena pasaitarra lo hizo ayer, a bordo del mercante chipriota Wijmers. El inmigrante, que no llevaba documentación, se encuentra alojado en un camarote del carguero bajo la custodia del capitán de la nave.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Periodista. Trabajó en EL PAÍS entre 1985 y 2021, tanto en la redacción de el País Vasco como en Madrid. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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