El IVAM exhibe la mejor arquitectura europea y latinoamericana con los premios Mies van der Rohe
Junto a los vestigios de la antigua muralla árabe que se conservan en la sala inferior del IVAM se exhiben desde ayer algunos de los edificios más atractivos de la arquitectura moderna. Museos de formas variopintas, piscinas luminosas, funerarias que prometen descanso eterno, iglesias de sencillas y sorprendentes líneas, casas de múltiples módulos, bloques de viviendas para ancianos de impactante resolución y rotundos aeropuertos son algunos de los 57 edificios que se han reunido en paneles explicativos con motivo de la exposición Premios Mies van der Rohe que se inauguró en el museo. Se trata de los trabajos ganadores y finalistas de la última edición de estos prestigiosos galardones de arquitectura europea -en su sexta convocatoria- y latinoamericana -se estrena este año- que concede bianualmente la fundación catalana Mies van der Rohe, bajo los auspicios de la Unión Europea. La fundación fue creada en 1983 con el fin de reconstruir el Pabellón Alemán que proyectó el extraordinario arquitecto que da nombre a los premios para la Exposición Universal de 1929 de Barcelona.
El suizo Peter Zumthor, con su "introvertido lugar de contemplación", el Museo de Arte de Bregenz (Austria), de resistencia a un mundo consumista, según apunta el jurado de reputados arquitectos, ha obtenido en esta edición el premio de arquitectura europea. Las soluciones al difícil entramado urbano y la actitud innovadora tanto tecnológica como formal han sido especialmente valoradas por el jurado al conceder el premio de arquitectura latinoamericana a los mexicanos Enrique Norten y Bernardo Gómez Pimienta por su edificio de usos múltiples y complementarios para Televisa.
Álvaro Siza, Norman Foster, Esteve Bonell y Francesc Rius o Dominique Perrault han sido otros ganadores del premio, dotado con 50.000 euros (8.300.000 pesetas) de ediciones anteriores. Algunos de estos nombres también están presentes, junto a otros como Rafael Moneo o Juan Navarro Baldeweg, en la exposición que se clausura el 8 de enero. Pero la Fundación no sólo valora el trabajo de profesionales consagrados, según explicó el director de la misma, Lluís Hortet.
La muestra proporciona una panorámica de la arquitectura actual, así como las distintas ediciones de los premios oportan una mirada sobre el estado de la cuestión en diversos países. En este sentido, Hortet destacó la reciente pujanza de los arquitectos centroeuropeos, el ánimo rompedor de los holandeses, la buena salud de los españoles, la confirmación del auge de los franceses, la imaginación de los brasileños o la depresión en que siguen instalados los italianos.
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