La bueyada y el silencio

Corrida tediosa, gélida por la temperatura y el ambiente, tarde en la que el balance fue de cinco bueyes pitados en el arrastre y de seis silencios a la labor de los diestros. En la confirmación de alternativa de Uceda Leal sólo hubo detalles, pero no por culpa del peligro sordo de sus oponentes, sino porque se le vio descontrolado por no estar acostumbrado al temperamento del toro mexicano. La afición apreció, en el que abrió plaza -que calamochó toda la lidia-, la tersura de la muleta del madrileño en algunos naturales y en el soso sin fuerza que cerró plaza, las pinceladas de arte al dibujar la verónica.Las armas peculiares de Eulalio López, El Zotoluco, que son un valor sereno y un sentido de lidiador, no afloraron con el segundo, que buscaba el bulto. En cambio, con el violento rebrincón cuarto, que además echaba las manos por delante, el de Azcapotzalco sacó la casta y sufrió una cogida sin consecuencias que sólo le destrozó la taleguilla. A base de aguantar y de consentir a la alimaña lo metió a la sarga y ejecutó meritorios redondos. Aunque su toreo no fue de buen gusto, tuvo gran exposición. Este burel derribó al picador Efrén (Loco) Acosta causándole una fisura en la rodilla derecha.

Óscar Sanromán banderilleó al tercero colocando tres emotivos cuarteos por el lado izquierdo que hicieron que la concurrencia se levantara de sus asientos para ovacionarlo. Batalló con el viento que hacía ondear la flámula y con el bicho que terminaba el viaje con la cara arriba. Su error fue haber prolongado demasiado su trasteo, pues aburrió a los espectadores. Con el alegre quinto, que era un tío, calentó el ambiente al bajar con ritmo las manos -al estilo Manzanares- en un quite por chicuelinas y, otra vez, en la colocación de los palitroques. Con la pañosa, por no darle la distancia al áspero animal, no lo pudo domeñar y el ímpetu de la res se impuso. En fin, que la primera corrida de la última temporada del milenio no pasará a los anales del coso.

Feria de Lima

En la tercera corrida de la Feria del Señor de los Milagros de Lima, celebrada el domingo, se lidió un encierro mixto de ganaderías españolas -Antonio Arribas y El Ventorrillo-. Destacó un colorao de El Ventorrillo, lidiado en quinto lugar, que fue aplaudido en el arrastre. Pablo Hermoso de Mendoza, pitos y algunas palmas. El Tato, saludos en los dos. Víctor Puerto, ovación y oreja.Valencia (Venezuela). Cuarto festejo de la Feria de la Naranja. Seis toros colombianos, cinco de Fuente la Peña y uno, el segundo, de El Capiro, que fue devuelto por manso. El quinto fue de la ganadería venezolana Tierra Blanca. Destacaron el cuarto, quinto y sexto. Emilio Muñoz, vuelta en los dos. El venezolano Erick Cortés, aplausos y ovación. El portugués Pedrito de Portugal, que sustituyó a El Julí, vuelta y dos orejas.