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Tres bombas causan 27 heridos en Israel en vísperas de la negociación con los palestinos

Tres bombas de fabricación artesanal estallaron ayer en pleno centro de la localidad turística de Netanya, 35 kilómetros al norte de Tel Aviv a orillas del Mediterráneo, provocando al menos 27 heridos. El atentado, atribuido a supuestos militantes radicales islamistas de Hamás -y del que el Gobierno iraní se ha desmarcado tras las acusaciones lanzadas por el secretario de la presidencia palestina, Tayeb Abdelrahim-, se ha producido en vísperas de la cumbre que israelíes y palestinos celebrarán hoy en Ramala, donde se negociarán los aspectos más complicados del proceso de paz.

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"Sonaron tres explosiones seguidas. Me asomé a la calle y desde la puerta de mi tienda vi a la gente como corría. Algunos sangraban. Afortunadamente no ha habido muertos", relataba Aronem Yom-Tov, encargado de un comercio de confección situado a poco menos de veinte metros de donde ayer por la mañana estallaron las tres bombas.Los artefactos, tuberías de plomo llenas de material explosivo conectadas con un mismo sistema de relojería, habían sido colocados en el interior de una papelera situada entre un semáforo y un poste de electricidad, muy cerca de un buzón de correos, un lugar estratégico, paso obligado para los viandantes que pretenden cruzar el centro comercial de la ciudad.

Ayer al mediodía las cicatrices del atentado eran visibles: junto a los restos de una bicicleta retorcida, tirada en el suelo, alguien había colocado un viejo cartel de propaganda electoral con el retrato del exprimer ministro Benjamín Netanyahu, como tratando de recordar que éste ha sido el único político israelí capaz de no negociar con los árabes y de bloquear el proceso de paz.

Las fuerzas de seguridad de Netanya habían procedido ayer por la tarde a practicar un centenar de arrestos, en su mayoría palestinos que se encontraban en situación irregular en Israel o con los papeles caducados, según aseguró la emisora pirata del movimiento radical colono Arutz 7, citando fuentes policiales, quienes recalcaban sus especiales sospechas con respecto a un joven árabe-israelí, que fue detenido a unos 20 kilómetros del lugar del atentado, cuando al parecer trataba de huir y buscar refugio en Cisjordania.

La explosión de los tres artefactos no ha sido aún reivindicada, pero todos los observadores acusaban ayer de la autoría al movimiento radical palestino Hamás, quien en las horas precedentes había difundido desde Jerusalén un duro comunicado anunciado nuevas acciones armadas, similares a la llevada a término el pasado sábado 31 de octubre, cuando un autobús con ciudadanos judíos fue tiroteado en los accesos del corredor entre Gaza y Cisjordania, ocasionando una decena de heridos.

"Podemos decir que en las próximas semanas y meses presenciaremos una nueva escalada de ataques", aseguraban las brigadas paramilitares de Izadin Kassam, el ejército clandestino de Hamás en este mensaje que fue refrendado y vitoreado por mas de 1.500 seguidores, concentrados el sábado en Gaza para conmemorar el ascenso del profeta Mahoma al paraíso.

El contenido del comunicado fue, sin embargo, desautorizado y desmentido por el líder espiritual de los radicales islámicos, Ahmed Yasin, pocos minutos después de que se produjera el atentado y que algunos sectores acusaran no sólo a Hamás, si no además al régimen iraní de los ayatolás. El desmentido de Yasin no consiguió esconder la desesperanza y la frustración de los palestinos.

El atentado de Netanya se ha producido en vísperas de la celebración de la reunión palestino-israelí prevista para hoy en la ciudad autónoma de Ramala, con la que se abrirá una ronda de negociaciones que durará once meses y con las que se pretende llevar a su finalización con éxito el proceso de paz iniciado hace seis años en Oslo. Pretende abordar y solucionar los problemas más vidriosos y complicados en las relaciones entre Israel y palestinos.

"Haremos exactamente lo que los terroristas no desean que hagamos. Continuaremos con el proceso de paz", aseguraba ayer un portavoz del Gobierno desde Jerusalén, mientras insistía en la voluntad del Ejecutivo de sentarse con los palestinos a negociar, pero al mismo tiempo una nota del primer ministro, Ehud Barak, pedía a la policía de Arafat que actuara con fuerza contra el terrorismo.

Barak, en declaraciones a la televisión, dijo anoche que "todo está dispuesto para que cese el miedo y para asegurar la seguridad de los ciudadanos israelíes".

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