Un informe exige el desalojo inmediato de un pabellón insalubre de la Complutense

Una inspección solicitada por la Universidad Complutense del prefabricado de tres plantas de despachos de la Facultad de Económicas recomendó en julio, "con carácter inmediato", el desalojo del inmueble al detectar que el sistema refrigerador, instalado hace seis años, emitía sustancias nocivas. "Fue una chapuza monumental", según la auditoría. Los casi sesenta profesores del edificio afectado, entre los que cunde el malestar, no han sido aún desalojados, mientras la Complutense estudia derribar el edificio de 4.000 metros cuadrados, construido con carácter provisional hace 30 años. El informe se encargó en enero a TSI (Técnicas y Servicios de Ingeniería), y se completó con otro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). La inspección detectó que "la instalación de los equipos autónomos de climatización no cumple la normativa vigente. Esta deficiencia produce que los evaporadores de cada despacho estén aspirando aire de los falsos techos de las plantas inferiores y expulsando este aire a los despachos sin filtrado previo". Y en el análisis de las muestras de polvo recogidas en los despachos, estanterías y placas de falsos techos "se ha detectado presencia de partículas de lana roca y fibra de vidrio de los aislamientos". Estas emisiones, según el dictamen del estudio, "no garantizan unas condiciones ambientales higiénicamente aceptables para los ocupantes de la zona afectada por dicha reforma". "El sistema de ventilación adoptado, que incumple la normativa vigente, favorece la entrada de aire viciado desde otras zonas del edificio, a través de falsos techos, y su distribución a los despachos a través de las placas perforadas", continúa el informe. "Siempre me pongo al lado de la seguridad, y esa reforma que se hizo no fue adecuada ni buena para la salud, fue una chapuza monumental", explicó Publio Beltrán, uno de los autores del estudio.

Geocisa (del grupo Dragados) hizo la obra hace seis años por 490 millones y replica al informe: "Sólo se analizó el polvo, nadie analizó el aire y nadie nos ha pedido un contrainforme", indicó su portavoz, José Polimón.

El gerente de la Complutense, Dionisio Ramos, que admite que la refrigeración podría provocar afecciones respiratorias "leves", asegura que el rectorado ha pedido a Geocisa una respuesta convincente al informe auditor. "Si no la da, encargaremos otro estudio, porque, según la garantía decenal, habría derecho de reclamación al no haber transcurrido diez años desde la reforma".

Según Ramos, no se han adoptado medidas hasta ahora porque en verano la facultad apenas está habitada. Ya se ha inutilizado la calefacción y se está organizando el traslado de profesores a espacios poco ocupados. Ahora deberán decidir si rehabilitan el ala norte (costaría unos mil millones) o derribarlo y construir otro nuevo cuyo coste ascendería a 1.200. "Yo soy partidiario de derribarlo", opinó el rector.