El cambio ha dividido a la comunidad educativa
Pese a que la implantación experimental de la jornada continua se remonta en Canarias a finales de la década de los ochenta, su instauración no se oficializó hasta hace escasos años, con la orden dictada por la comunidad en 1996 para regularizar su aplicación.La agria polémica que precedió a su puesta en marcha creó una profunda división en la comunidad educativa, que ha marcado un antes y un después en las relaciones entre profesores y padres de alumnos. Hoy, la valoración que los distintos agentes realizan de la misma hace ver que, pese a su generalización, las diferencias de opiniones sobre su conveniencia no se han solventado.
Frente a los datos altamente optimistas de la Consejería de Educación y de los sindicatos, las asociaciones de padres de alumnos y el Consejo Escolar de Canarias dibujan un panorama que incide en los aspectos negativos de la jornada continua. Para el presidente del consejo escolar, Pedro Hernández, perjudica a las clases más desfavorecidas y favorece el trasvase a la enseñanza privada o concertada, valoración que comparte el representante canario en la Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos, Francisco José del Valle.
"La jornada única ha provocado mayor desigualdad social y, en no pocos casos, ha dado lugar a serios problemas familiares, sobre todo por la incorporación de la mujer al mercado de trabajo. Muchos niños pasan, además, más tiempo solos", señala Del Valle.
Un estudio del Consejo Escolar de Canarias sobre el tiempo libre de los alumnos refuerza los argumentos contrarios a la jornada única: "Detectamos que los niños de estos centros pasan mayor tiempo en la calle y ven más televisión que los que tienen jornada partida", explica Pedro Hernández, que cifra en torno al 95% los estudiantes que no participan en las actividades que ofrece su centro porque no están motivados.
Hernández advierte que la jornada única es "una trampa fácil para que la Administración se ahorre medios, al eliminar comedores escolares", aspecto sobre el que discrepa el director general de Centros del Gobierno de Canarias, Juan Magdalena Darias.
Magdalena dice que, según las encuestas de su departamento, "la aceptación de los padres es bastante alta, hay un consenso favorable a ella de toda la comunidad y las consecuencias de su implantación son positivas: no ha incidido negativamente ni en los aspectos sociológicos ni en los resultados pedagógicos". El actual Gobierno de Canarias elabora un Plan de Actividades Extraescolares que permita extender su oferta a todos los centros con jornada continua -el 96% de los 473 colegios públicos- para el próximo curso. La escasa oferta de estas actividades es, según la Administración, la única asignatura pendiente de la jornada única.
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