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EL VATICANO Y LUTERO, 478 AÑOS DESPUÉS

Las tesis del cardenal Ratzinger

"Si uno no es justo no está tampoco justificado", dice el cardenal alemán Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antiguo Santo Oficio), como réplica a la famosa tesis sobre La justificación de su compatriota Martín Lutero. Alemania fue el país de la Reforma y está viviendo de forma especial el abrazo de ayer en Augsburgo."No se ha llegado simplemente a un consenso sobre la doctrina de la justificación", escribe Ratzinger en la revista 30 Días. Teólogo progresista en el Concilio Vaticano II antes de asumir la responsabilidad de vigilar la doctrina oficial de la jerarquía católica, el cardenal más poderoso en la curia vaticana advierte de que no todo son caminos de rosas en la declaración firmada entre católicos y protestantes. "Hay sectores donde existe realmente un acuerdo, pero quedan otros problemas sin resolver", escribe.

En coincidencia con la tesis más superficial sobre las ansias reformistas de Lutero, la que reduce sus discrepancias a obsesiones por el más allá y a un temor irresistible a la condena eterna, Ratzinger afirma que para Lutero "era importante saber que, aunque fuera un pecador, Dios le amaba y justificaba". "Para él existe simultaneidad: ser verdadero pecador y estar totalmente justificado. Es una expresión de su experiencia personal, que luego fue profundizada con reflexiones teológicas", añade el cardenal antes de acudir a la autoridad del Concilio de Trento, el de la Contrarreforma vaticana. Escribe Ratzinger: "Permanece la concupiscencia, es decir, una tendencia al pecado, un estímulo que lleva al pecado, pero que, en cuanto tal, no es pecado".

Éstas de Ratzinger son "las disputas clásicas" entre católicos y protestantes (el papel de los curas en el sacramento de la penitencia, entre otros temas), pero las verdaderas divergencias, a estas alturas, las colocan los protestantes en torno a asuntos de mayor modernidad, tales como el sacerdocio de la mujer. Y en este campo, una vez más, los herederos de Lutero van muy por delante de los herederos de Trento.

Contra las bulas

Hijo de minero, Lutero nació en Eisleben en 1483 y a los 22 años entró en un convento agustino. Con gran formación filosófica, una pluma demoledora y poderosísima dialéctica, nada presagiaba en él la ruptura con la doctrina oficial hasta que viajó a Roma en 1510, donde recibió una pésima impresión de la vida regalada que disfrutaban prelados y curia.De regreso a Alemania, se hizo cargo de la cátedra de Sagrada Escritura de la Universidad de Wittemberg, desde donde lanzó unas tesis reformadoras que conmovieron a toda la cristiandad y que le convirtieron en héroe nacional. Su primera batalla la libró contra las bulas e indulgencias papales.

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