El Gobierno elabora un programa para emplear a los parados de difícil inserción

El Departamento de Trabajo ha ideado un proyecto para intentar insertar en el mercado de trabajo a los colectivos de parados que tienen más dificultades para encontrar un empleo, como los mayores de 45 años o las personas que han perdido su autoestima tras vivir muchos años en situaciones de exclusión social. El Gobierno trabaja sobre la idea de que este tipo de ciudadanos pueda realizar trabajos en favor de la comunidad, que engloban una amplia gama, desde medioambientales hasta de servicios sociales, como ayudar a los ancianos.

La idea ha sido bautizada con el nombre de Programa Auzolan, que en castellano significa trabajo comunitario, y ha sido incluido en los presupuestos del departamento de Trabajo para el año 2000, aunque de momento no se ha fijado la partida económica.El consejero de Trabajo, Sabin Intxaurraga, es el artífice de este programa. Intxaurraga explica cómo surge la iniciativa: "En los municipios rurales existe la tradición de que todos los vecinos del pueblo se unan en determinadas épocas del año para realizar algunos trabajos en favor del pueblo, como la limpieza de caminos o de bosques. Es un trabajo en favor de la comunidad".

"En la actualidad", añade, "hay muchos ciudadanos que viven con nosotros que se encuentran en una situación de exclusión social, sin posibilidades de acceder al mercado de trabajo. Se trata de buscarles un trabajo que pueda introducirles poco a poco en la dinámica laboral, que les ayude a ganar en autoestima y, tal vez, les pueda proporcionar la base sobre la que aspirar a algo mejor en el futuro".

El programa va dirigido a los perceptores del Ingreso Mínimo de Inserción o salario social y, especialmente, a los mayores de 45 años que no disponen de ninguna prestación por desempleo. Los trabajos en favor de la comunidad son una tradición extendida en varios países de la UE y del mundo anglosajón, como Estados Unidos. "Estamos viendo qué tipos de trabajos se pueden desarrollar. Hemos elaborado un listado, pero aún no está cerrado", aclara el consejero.

Los nuevos yacimientos de empleo que detalla el Libro Blanco de Jacques Delors son una de las fuentes que va a inspirar la elaboración final del listado. Estos yacimientos hacen referencia sobre todo a trabajos relacionados con el medio ambiente, como el cuidado de bosques y de ríos, y con los servicios sociales.

Una de las dudas que planea sobre este programa es su encaje legal, dado que los sindicatos podrían entender que se trata de competencia desleal. "El programa no tiene por qué tener ninguna contestación ni por parte de los sindicatos ni de la patronal", zanja el consejero. Según Intxaurraga, existen áreas de trabajo donde hasta el momento ni la iniciativa privada ni el sector público han entrado. "Hay una serie de necesidades que es preciso cubrir, que no están valoradas suficientemente, pero que si se cubren van reportar un gran beneficio al conjunto de la comunidad", recalca.

La idea del departamento es plasmar en un decreto el Programa Auzolan. Los ayuntamientos se encargarán de fijar qué tipo de trabajos comunitarios pueden ser interesantes y cuántos vecinos de la localidad son los candidatos ideales para realizarlos. Todo ello atendiendo a las bases del programa del Ejecutivo. Una vez evaluadas sus necesidades, los municipios elevarán al departamento su propuesta y éste distribuirá los fondos.

Regular el salario

Lo que aún no ha decidido el departamento es cómo regular el salario que percibirán los ciudadanos que se incluyan en el Programa Auzolan. De momento, Intxaurraga se ha fijado en la fórmula francesa, conocida como el contrato de solidaridad, que figura recogida en la ley de las 35 horas aprobada por el Gobierno francés.

A favor del departamento también juega el hecho de que el propio Instituto Nacional de Empleo (Inem) tiene entre sus convenios de colaboración con los ayuntamientos algunas fórmulas de apoyo a colectivos de difícil inserción en el mercado laboral. Así, el Gobierno vasco ya se ha puesto en contacto con el Ministerio de Trabajo y ha acordado que en el que momento en que se lance el Programa Auzolan se pueda acoger a los mismos beneficios y bonificaciones establecidos en toda España para los programas que desarrolla el Inem con estos colectivos.

El debate de la Carta Social

La intención del consejero Sabin Intxaurraga es que el Programa Auzolan aparezca recogido en la futura Carta de Derechos Sociales, el proyecto más querido por Euskal Herritarrok y donde la formación nacionalista va a poner toda la carne en el asador. De momento, ya se ha constituido la ponencia que se encargará de redactar la norma, que podría sustituir a la actual Ley Contra la Exclusión Social, aprobada por el Parlamento vasco el año pasado.

El consejero quiere que el Programa Auzolan cuente con una dotación presupuestaria "importante", aunque aún no se atreve a dar cifras. De momento, donde ya hay cifras es para otros dos programas del Departamento de Trabajo y Seguridad Social íntimamente relacionados con el Plan de Lucha contra la Pobreza: el decreto de estímulos al empleo, que contará con 1.000 millones de pesetas en el año 2000, y el de los convenios de inserción, para el que el Gobierno ha reservado otros 500 millones de pesetas.