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Duato estrena una obra emblemática del coreógrafo Jiri Kiliàn basada en los salmos

"También se puede bailar para Dios", dice el director de la Compañía Nacional de Danza

La Compañía Nacional de Danza estrenará el próximo 5 de noviembre en el Teatro Real de Madrid una de las piezas emblemáticas del coreógrafo checo Jiri Kiliàn, uno de los creadores que más han influido en la carrera artística del director de la formación, Nacho Duato. Sinfonía de los salmos es una composición que Ígor Stravinski dedicó a los salmos de Salomón. "Igual que se baila en una fiesta o en una boda, se puede bailar también para Dios", apunta Duato. "Sin embargo, no veo esta obra como un ballet religioso. Yo no soy religioso".

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Bailar en el Real

La elección de esta pieza para que forme parte del repertorio de la Compañía Nacional de Danza era casi una deuda de Duato con su pasado, "una cuestión sentimental", tal y como reconoce el propio director de la formación nacional. "Sinfonía de los salmos fue la primera obra que vi de Jiri Kiliàn. Me impactó muchísimo. Justamente con esa coreografía descubrí al coreógrafo que me gustaba, vi lo que quería", relata Duato, que, tras esa experiencia, decidió ingresar en el Nederlands Dans Theater, la compañía que dirigía Kiliàn. Esta pieza, estrenada por la compañía danesa en 1978, se convierte ahora en la sexta creación del coreógrafo checo que pone en escena la Compañía Nacional de Danza (CND).Duato insiste en que no se trata de una pieza de carácter religioso, "a pesar de los ocho reclinatorios y de las alfombras persas que forman parte de la escenografía", tal y como aclara el coreógrafo español. "Jiri ha tomado la palabra, baila con ella. Estoy convencido de que para él tampoco se trata de algo religioso", explica Duato. Y la palabra en este caso son aleluyas con los que los bailarines se desplazan por el espacio, creando impactantes figuras geométricas. "Lo que más me impresionó de este ballet fue cómo fluye el movimiento. Era la primera vez que veía masas de gente creando torbellinos de movimiento. Era algo como el agua o como el aire. Y, al mismo tiempo, había un sentimiento muy profundo", recuerda Duato.

Habla también Duato de Stravinski. Ha visto una película en la que el músico ruso dirige a una orquesta en la obra de los salmos. "Hace repetir una y otra vez a los músicos, incluso les pide perdón. Tiene tan claro lo que quiere que les llega a decir: "Lo siento, pero yo adoro lo que hago".

Y Duato se siente identificado con esta forma de trabajar. "Entiendo eso muy bien. Tiene que ser así. Cuando estás seguro de algo, es así cómo hay que actuar. Y no tienes por qué dar explicaciones a nadie", asegura el coreógrafo.

Durante su breve estancia en el Teatro Real (serán ocho días), la Compañía Nacional de Danza contará con música en directo para los tres títulos que integran el programa. Además de la obra de Kiliàn, la CND interpretará dos coreografías de Duato estrenadas hace dos años, Remansos, con música de Enrique Granados, y Self, de Alberto Iglesias, un compositor que colabora habitualmente con Duato y que se desplazará a Madrid para supervisar su obra. Será la primera vez que la CND bailará con música en directo estas dos últimas obras. "El hecho de que repitamos títulos ya estrenados no se debe a que no tengamos recursos, sino porque quiero que los vea todo el mundo. Algunas veces la crítica quiere cosas nuevas, pero los espectadores, no. Creo que es bueno repetir las cosas, comprobar cómo evolucionan con el paso del tiempo. Para los bailarines también es bueno, están más maduros", expone el coreógrafo.

Remansos es la pieza que Duato creó por encargo del American Ballet Theater. Con los Valses poéticos de Granados, Duato montó una obra inspirada en el mundo de Lorca, que luego alargó para que lo interpretara la compañía nacional.

"Las meninas"

Respecto a los planes para el futuro, Duato adelanta que su próximo estreno será una obra basada en la figura de Velázquez, que se estrenará en el Teatro Real en verano. La pieza ya tiene título, Ofrenda de sombras, y será una obra de unos cuarenta minutos centrada en el mundo de Las meninas. Contará con la colaboración del músico catalán Jordi Savall, ya que la música será del siglo XVII. "A Velázquez no sólo se le tiene que admirar por su pintura, sino porque fue capaz de ver el mundo de forma diferente, que es lo que tiene que hacer el artista", concluye el coreógrafo.

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