Potencia imaginativa
En el Monumental, y dentro del ciclo habitual de la Sinfónica de Radiotelevisión, la Reina entregó el jueves a Javier Santacreu el XVI Premio de Composición de la Fundación Ferrer Salat, que hoy preside Sergio Ferrer Salat. Recayó el galardón en el compositor alicantino, nacido en Benissa el año 1965, Javier Santacreu, formado fundamentalmente en el Conservatorio Municipal de Alcoy, que dirige, con fuerte originalidad, Javier Darias (Alcoy, 1946), así como el Concurso Ciutat d'Alcoi. Precisamente, en la edición de 1991 lo ganó Santacreu por su obra Vitae.
La de ahora se denomina Oniris, música del somni y acusa la potencia imaginativa y el dominio de su autor que nos lleva sin el menor titubeo ni la más mínima sensación de artesanado válido sólo por sí mismo. Una página importante la de Santacreu que, entre otras cosas, demuestra —como sucede en las del mismo Darias— que existe una veta levantina en la música muy distinta de la que, hasta hace no mucho, iluminó los pentagramas de los maestros ya desaparecidos o, todavía, vivos y en actividad. El autor premiado recogió muy intensas ovaciones en unión de Enrique García Asensio y la RTVE. Sirvieron un estreno responsable, claro y musical.
Orquesta y Coro de la RTVE
De Samuel Beckett, versión en catalán de Joan Oliver. Intérpretes: Eduard Fernández, Anna Lizaran, Roger Coma, Francesc Orella. Escenografía: Frederic Amat. Iluminación: Xavi Clot. Vestuario y dirección de escena de Lluís Pasqual. Teatre Lliure, Barcelona. Festival de Otoño. Teatro de la Abadía.
Director: E
García Asensio. Solistas: J. Matute-A. Rentería, pianistas. J. Howart, soprano. Obras de Santacreu y Poulenc. Teatro Monumental. Madrid, 28 de octubre.
Antes, un dúo de pianistas bien conocido y estimado, aunque quizá no tanto como merecen, protagonizó el Concierto para dos pianos, de Francis Poulenc. Músico muy de su tiempo, Poulenc supera los condicionamientos de su circunstancia. El dúo formado por Ángeles Rentería y Jacinto Matute hizo una creación del Concierto. En realidad, no constituyen un dúo sino un inmenso piano de dos teclados y dos voluntades aunados en el pensamiento, la expresión y el ideal sonoro. García Asensio y la Sinfónica de RTVE colaboraron integrados en todas las virtudes técnicas y estilísticas de los solistas. Otro Poulenc diverso, el del Gloria, de 1959, asumido brillantísimamente por las formaciones coral e instrumental de la casa y con la soprano Judith Howart como solista de gran clase y voz bellísima, puso fin a un programa ejemplar.
