Carolina del Sur censura los libros de Harry Potter en las escuelas
"La palabra censura es horrible, pero lo es menos cuando uno escucha las quejas de los padres sobre los libros de Harry Potter", dice Clarence Dickert, del Consejo de Educación del Estado norteamericano de Carolina del Sur. Si el organismo semejante del Estado de Kansas expulsó de las escuelas el pasado verano la teoría de la evolución de Darwin, el de Carolina del Sur estudia colocar en su índice de libros prohibidos todos los que tienen como protagonista al mago Harry Potter. Escritos por la autora escocesa J. K. Rowling, los tres libros ya publicados de Harry Potter son el gran fenómeno mundial de la literatura para niños grandes y adolescentes. "Harry Potter es una pasión que comparten los padres con sus hijos", acaba de escribir la revista Time, que dedicó su portada a este fenómeno literario. Pero en el muy conservador Estado de Carolina del Sur, miles de padres no lo ven así. "Esos libros son diabólicos, predican el odio, la muerte y la falta de respeto", dice Elizabeth Mounce, uno de los padres que han obligado al Consejo de Educación a estudiar la prohibición.
Los tres libros de Rowlings cuentan las aventuras de Harry Potter, un huérfano de 11 años que vive con unos familiares tan prosaicos como autoritarios. Tras descubrir que su familia tiene una sólida tradición como especialistas en artes ocultas, Harry Potter ingresa en una escuela de magia y brujería. Allí descubre que tiene una misión que cumplir y que otros van a intentar impedírselo. La última entrega, aparecida en septiembre, se llama Harry Potter y el prisionero de Azbakan. Más de cinco millones de copias de los tres libros han sido vendidas en EE UU.
Babelia
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