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Las herederas de Saura declaran al juez que no han vendido obras de la fundación

Los patronos denuncian el anuncio de precios en una exposición

Mercedes Beldarrain y Marina Saura, herederas del pintor Antonio Saura, declararon ayer en el Juzgado de Instrucción número 10 de Madrid que en ningún momento han puesto a la venta alguno de los casi 300 dibujos pertenecientes a la Fundación Antonio Saura que están depositadas en la casa de Cuenca del pintor. La la hija y la viuda del pintor han sido demandadas por dicha fundación, a cuya existencia ellas se oponen, alegando que cumplen un deseo expreso del artista.

La demanda de la Fundación Antonio Saura fue interpuesta el pasado 23 de septiembre. Un día después, según explica el abogado de la Fundación, Rafael Andrés Mombiedro, de que se inaugurara en la galería Marlborough de Madrid una exposición de dibujos del pintor.Allí, según la demanda de la Fundación, estaban a la venta por valor de 875.000 pesetas dos obras perteneciente a una colección de 365 dibujos, fechadas cada una de ellas con los días del año 1994 y que, por una escritura notarial firmada en 1995, pertenecen a la fundación. Según afirma el abogado de la fundación, los dibujos están depositados en el domicilio en Cuenca del pintor. "El precio incluso se indicaba en el catálogo de la exposición. ¿Qué sentido tiene poner el precio de algo que no está en venta?", afirma Mombiedro.

Tanto la hija de Saura, Marina, como la viuda, Mercedes Beldarrain, y el albacea de la herencia, el abogado suizo Olivier Weber-Caflish, han declarado ante el juez que no sólo no se han puesto a la venta ninguno de los dibujos a los que hacen referencia los responsables de la fundación y que sólo los entregaron para exponer.

Además, las herederas y el albacea del testamento añadieron ante el juez que las condiciones que el pintor puso para la constitución formal de la fundación no se han cumplido, luego eso invalida su existencia. Además, y según han declarado en anteriores ocasiones las herederas, su rechazo a la fundación obedece a la "voluntad expresa" del pintor, "estipulada por testamento", "transmitida en vida" y consignada en sus instrucciones "post-mortem".

Una voluntad que, según esgrimen los patronos de la fundación (a cuyo Patronato pertenecieron Marina Saura y Mercedes Baldarrain hasta la muerte del pintor) no está legalmente resuelta, y que en cualquier caso no invalida que los dibujos les pertenezcan. La fundación cree que es ilegal su difusión y venta sin previo consentimiento.

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