Los Mossos patrullarán a pie por la Selva para apagar las críticas a la inseguridad
Los cientos de miles de kilómetros recorridos por las fuerzas de seguridad a lo largo de un año acaban engrosando las cifras de los balances policiales. Las duras críticas surgidas en la comarca de la Selva en los últimos días contra la supuesta desprotección policial insisten precisamente en el hecho de que la mayor parte de los centenares de miles de kilómetros que recorren las patrullas policiales se realizan en coche y tienen otro objetivo que el de cubrir la larga distancia que separa las comisarías del lugar del conflicto. Ello supone que el contacto ciudadano con los Mossos d"Esquadra se reduce a verlos pasar en coche y que cuando se les necesita llegan tarde. El director de Seguridad Ciudadana, Xavier Martorell, ha reaccionado a estas críticas y ayer se comprometió ante cinco alcaldes de la comarca a que los agentes autonómicos patrullen a pie por sus municipios en las zonas y horas de mayor conflictividad.En el encuentro entre el responsable de la seguridad ciudadana en las comarcas en las que las policía autonómica está desplegada y los alcaldes de las poblaciones de la Selva, convocado urgentemente por el Departamento de Gobernación, se consiguió que éstos desconvocaran una reunión prevista para la próxima semana en la que pretendían reclamar un incremento de efectivos policiales. Martorell dejó bien sentado que ningún agente se sumará al centenar de mossos destinados a la comisaría de Santa Coloma, que cubre la Selva interior, porque, añadió, "no hay ningún elemento objetivo que demuestre esa necesidad".
Caso aislado
Martorell y el delegado de la Generalitat en Girona, Josep Maria Padrosa, consideran que el reciente asesinato de un joven en Maçanet en una reyerta por un asunto de drogas es un caso aislado que ha generado una falsa percepción de inseguridad. La alarma social provocada por este homicidio hizo salir a la calle a medio millar de vecinos de Maçanet y provocó que el pleno consistorial tomara la decisión de doblar el número de vigilantes municipales. El alcalde, Antoni Guinó, apuntó la posibilidad de poner en marcha una policía mancomunada con otros municipios de la Selva, propuesta que no ha sido secundada por los demás alcaldes y que, según Martorell, resultaría ilegal. Padrosa aseguró que en la Selva "no han aumentado los delitos, los asesinatos, ni los robos", y atribuyó la "poca presencia visual" de la policía al hecho de que los agentes deben cubrir una zona con gran dispersión urbanística, donde abundan polígonos industriales y grandes urbanizaciones. Padrosa entiende que las críticas de los ciudadanos deben circunscribirse al ámbito de los "problemas de convivencia" y al vandalismo juvenil, en cuya erradicación, dijo, también tienen responsabilidad los municipios.
El alcalde de Caldes de Malavella, Miquel Casas, fue más lejos en esta apreciación y culpó directamente de la inseguridad "a los padres de los chavales de entre 14 y 17 años que ignoran dónde están y qué hacen sus hijos". El edil aseguró que "la base del problema está en la familia" y lamentó que una población que ha hecho bandera de la tranquilidad de sus balnearios se vea sometida a actos de vandalismo que afectan al mobiliario urbano.
Ninguno de los municipios representados ayer ante los responsables policiales, a excepción del de Sils, tiene policía local. Fue el alcalde de esta localidad, Joaquim Rovira, el único que reconoció que el suyo era un municipio muy tranquilo, aunque no evitó reclamar un acercamiento entre los agentes de los mossos y los vecinos de los pueblos.
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