El Congreso de Estados Unidos aprueba una ley contra los 'ciberokupas'
Nadie podrá utilizar nombres o marcas ajenas para registrar una página en Internet
Las marcas comerciales y las personas que han registrado su propio nombre tienen derecho a poseer las direcciones de Internet que por lógica les corresponden. De esta manera nadie excepto Coca-Cola, por ejemplo, podrá registrar la dirección de Internet www.cocacola.com, incluso aunque no estuviera registrada ya por la compañía. La ley aprobada por el Congreso de Estados Unidos trata de erradicar la actividad de los llamados ciberokupas, empresas o personas que registran miles de direcciones de Internet para luego tratar de venderlas o subastarlas.
Si en un navegador de Internet se introduce la dirección www.bradpitt.com, aparece una página con el siguiente mensaje: "Esta dirección está en venta. Contacte con nosotros y háganos una oferta". Evidentemente sólo al Brad Pitt conocido mundialmente le interesaría recuperar esa dirección, pero si quisiera hacerlo tendría que pagar millones de dólares a quien se le ha adelantado en el registro de su nombre en Internet.Para evitar que los ciberokupas registren nombres de personas conocidas o empresas, el Congreso de EEUU ha aprobado la llamada Ley de Prevención de Ciberpiratería de Marcas, que ampara también a quienes sientan usurpado su nombre propio en Internet.
A partir de este momento serán los jueces los que decidan qué empresas o qué personas tienen la suficiente envergadura como para ganar una disputa de este tipo, aunque el sector informático se había inclinado por un proceso de arbitraje amistoso para evitar la intervención de los tribunales.
De partida la ley va a evitar que una dirección como www.sharonstone.com desemboque en unas páginas pornográficas que nada tienen que ver con la actriz; pero las repercusiones son más trascendentales en el terreno de las grandes empresas.
El ejemplo más reciente es el de la compañía de inversiones Morgan Stanley Dean Witter Online. Trató de registrar un nombre con el que, por lógica, sería fácil encontrarla en la red: www.msdwonline.com. Acudió a la empresa que supervisa la distribución y registro de direcciones de Internet, la ICANN, y descubrió que un muchacho de 17 años acababa de registrar esa dirección por el precio habitual de 70 dólares (10.800 pesetas) por dos años. Según el chico, el nombre se correspondía con las iniciales de su publicación favorita, una revista dedicada a las bicicletas de montaña.
Los abogados de la compañía se pusieron en contacto con el joven para ofrecerle 10.000 dólares (1,5 millones de pesetas) por la cesión de la dirección de Internet. Como respuesta recibieron una carta de su padre en la que pedía 75.000 dólares por esa dirección (11,5 millones). Decidieron llevar la cuestión a los tribunales al comprobar que el padre había registrado decenas de direcciones de Internet con nombres de bancos y empresas financieras, como Goldman Sachs o JP Morgan.
Hay otros muchos casos que afectan a la política norteamericana. El gobernador de Texas, George W. Bush, ha demandado a los creadores de la página www.gwbush.com, plagada de chistes e insultos contra él; del mismo modo que la dirección www.whitehouse.com no conduce a la Casa Blanca, sino a un foro pornográfico.
De hecho, el origen de la ley aprobada por el Congreso de Estados Unidos está en una carta recibida por el senador Orrin Hatch en la que un individuo le comunicaba que había registrado la dirección de Internet con su nombre, y se la ofrecía a cambio de una suma elevada de dinero.
La nueva ley prohíbe registrar una dirección de Internet con "mala fe" con el propósito de revenderla. Por "mala fe" el Congreso entiende "el registro de una dirección que se aprovecha, es idéntica o es confusamente similar a la de una marca registrada", e incluye en ese concepto los nombres propios. La ley autoriza multas de hasta 100.000 dólares (15,5 millones de pesetas) e incluso penas de cárcel para reincidentes en lo que desde ahora se considera un chantaje.
La ley aprobada por el Congreso sólo afecta en principio a los dominios (direcciones) gestionados por la ICANN, es decir, los que acaban con los sufijos .com, .net y .org. Los sufijos internacionales son gestionados por organismos de cada país; en el caso de España el dominio .es se concede bajo la gestión del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
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