Varios municipios de la comarca de la Selva plantean la crear un cuerpo policial mancomunado
Los municipios de Maçanet, Caldes de Malavella, Sils, Riudarenes y Vidreres, todos de la comarca de la Selva, mantendrán próximamente una reunión en la que se debatirá la posibilidad de crear un cuerpo policial mancomunado que pueda dar respuesta a la escasa asistencia que reciben por parte de los Mossos d"Esquadra en materia de seguridad. Un crimen ocurrido el pasado fin de semana en Maçanet encendió la alarma y sacó a la calle a los vecinos en demanda de refuerzos policiales. Según el alcalde, Antoni Guinó, la sensación de inseguridad es compartida por otros pueblos próximos.
A la reunión de seguridad comarcal, a la que podrían sumarse otros municipios además de los citados, se invitará al delegado de la Generalitat en Girona. Guinó detecta un "ambiente de crispación" en diversos ayuntamientos y no encuentra descabellado que puedan llegar al acuerdo de una policía mancomunada. La unión de esfuerzos entre pueblos vecinos podría contribuir a hacer más llevadero el coste de una policía propia, condicionante esgrimido en las ocasiones en que se ha decidido la supresión o se ha frenado su puesta en marcha. El anterior equipo de gobierno de Maçanet decidió prescindir de su policía municipal confiando en que el despliegue de los Mossos d"Esquadra sería suficiente para cubrir las demandas de seguridad del municipio. El incremento de la conflictividad ha puesto en tela de juicio esta confianza.
El Ayuntamiento de Maçanet de la Selva decidió en un pleno convocado el pasado lunes por la noche incrementar el número de vigilantes locales como medida de urgencia para paliar la sensación de inseguridad que denuncian los ciudadanos del municipio. Hasta el momento, dos vigilantes municipales se encargan mayoritariamente de la vigilancia del polígono industrial, donde se ubican importantes empresas fabriles. La intención del Ayuntamiento es multiplicar por tres el número de guardias.
El homicidio del pasado sábado, en el que un joven fue apuñalado en la yugular, ha levantado una ola de protestas vecinales sobre la inseguridad y las continuas peleas que tienen lugar en las inmediaciones del bar La Ola, establecimiento al que la víctima acudió en busca de ayuda. Una manifestación convocada el pasado domingo llegó a reunir medio millar de personas en un municipio de 3.000 habitantes.
El juez ha decretado prisión sin fianza para los dos presuntos responsables del crimen, Mohamet Tahiri, de 45 años, y su hijo Khalid, de 18, ambos vecinos del municipio. Pablo Javier Grande, la víctima, tenía antecedentes policiales por tráfico de drogas, aspecto que corrobora las denuncias vecinales según las cuales en algunas zonas del municipio son frecuentes el tráfico de drogas y las reyertas
Desprotección policial
Un vecino de la población explicaba ayer que, en ocasiones, llega a sentirse más protegido en la zona industrial de Maçanet, en las afueras del municipio, que en las calles del centro. "La mayoría de las empresas se procuran sus propios servicios de vigilancia nocturna o cuentan con los que les ofrece el ayuntamiento, mientras que la gente que vive en el pueblo está olvidada y a merced de cualquier desaprensivo que tenga una mala idea", dijo con indignación. Esta visión constituye un ejemplo moderado del hastío que acumulan algunos ciudadanos de este municipio.
El alcalde ya ha explicado, en otras ocasiones, que las grandes urbanizaciones que se encuentran dentro del término municipal no contribuyen precisamente a disminuir el índice de criminalidad en el pueblo. Aunque la mayoría de estas segundas residencias están ocupadas por familias modestas del área metropolitana de Barcelona, hay quien advierte que la zona constituye un buen escondrijo para cierta delincuencia.
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