Errores míticos
NEGRITASEn la especulación filosófica el mito se entiende como una forma no perfecta de verdad, y como categoría autónoma y originaria de acceso a la verdad. De ahí al prejuicio en todo lo extrafilosófico, un paso. Un artículo de opinión firmado por el sindicato provincial de CC OO en Almería pretendía días atrás borrar de un plumazo, aunque con datos empíricos que siempre imponen respeto, lo que Mariano José de Larra plasmara con genialidad y sarcasmo en sus artículos costumbristas acerca de los funcionarios. En el citado artículo el sindicato afirma que frases como "hay muchos funcionarios en España", "tienen empleo fijo", "tienen muy buenos sueldos" o "viven muy bien" llevan a una serie de mitos sobre los empleados públicos, título del alegato en defensa escrito por Comisiones. Con cifras como que el 18% de los trabajadores en activo en la UE son empleados públicos -España se sitúa en el 17%- el sindicato concluye que los viejos tópicos no son tan ciertos como aparentan y que son sólo eso: mitos.Así, otro tópico típico como que, por ejemplo, todos los hombres roncan, caen en la más absoluta de las generalizaciones infundadas. ¡Pues no! Casuísticas personales a un lado, sólo ronca el 50% de los hombres y un 30% de las mujeres. Son también datos empíricos (de los que infunden respeto) dados a conocer por el jefe del servicio de Neumología del Hospital Torrecárdenas, Ángel Maresca, el día de inauguración de la nueva Unidad del Sueño que atenderá a los 200 enfermos del síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño en Almería. Muy malo lo de los mitos.
En su visita a la capital para presentar su ópera prima, Solas, el director Benito Zambrano también advertía en una charla informal de los mitos erróneos existentes en el mundo del cine. Él, que ha hecho una película fuera de todo tópico, reconocía cómo a las actrices andaluzas se les da el papel de chacha, puta o cualquier otro secundario amén de un proceso mental (desde Despeñaperros para arriba) que equipara dicción correcta con interpretación estupenda. Lo bueno de los mitos erróneos es la profusa obra artística que generan por artistas que desean desmontarlos o corroborarlos. Larra corroboró la pereza funcionarial de hace 100 años; Zambrano desmonta la idiosincrasia de la mujer como estigma de su desgracia. Los dos, sin necesidad de datos empíricos, delatan errores míticos.
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