Crisis en los sectores de avicultura de carne y porcino debido a la fuerte caída de los precios
El porcino y la avicultura de carne vuelven a atravesar momentos difíciles, pues los ganaderos se han visto obligados a colocar sus productos a precios por debajo de los costes. Tras el paréntesis del verano, en el que los precios estuvieron moderadamente elevados, éstos han vuelto a caer en ambas producciones. El balance general del año arroja un saldo netamente negativo, fundamentalmente por la crisis sufrida en el primer semestre.
En el sector de la carne de pollo, la crisis de la dioxina provocada por piensos de origen belga desencadenó la primavera pasada el total hundimiento de los precios y sobre todo una espectacular caída de la demanda.Los meses de verano fueron escenario de una recuperación moderada de las cotizaciones, que llegaron a situarse en unas 130 pesetas por kilo como máximo, frente a unos costes de producción de unas 115 pesetas. Sin embargo, tras ese breve paréntesis al lza, los precios han vuelto a caer hasta 90 pesetas por kilo; es decir, el sector se ha colocado en una clara situación de pérdidas. Además, los productores de pollos mantienen almacenadas 8.000 toneladas que se congelaron antes de verano para regular el mercado.
Según la Asociación Nacional de Productores de Pollos, la producción de pollo se ha vuelto a situar en unos niveles muy altos, con unos sacrificios medios de 12 millones de animales por semana.
En opinión de los responsables del sector, la actual caída de precios, además de responder al aumento de la oferta, se está debiendo a un descenso del consumo. Según los datos de la Administración, la demanda de carne de pollo en España es de unos quince kilos por persona y año. Sin embargo, los productores calculan que la demanda real en condiciones normales es de unos 21 kilos por persona y año. Para los productores, aún no se ha logrado volver a la demanda que existía antes de la crisis provocada por los piensos belgas.
Los productores de pollos rechazan cualquier responsabilidad sobre las subidas últimas de la inflación, pues el sector lleva un año con un balance negativo.
Una situación similar es la que se está produciendo en el mercado de porcino, donde los precios también están a la baja, sin llegar a cubrir los costes de producción, que se sitúan entre las 140 y 145 pesetas por kilo.
Un año después de que el sector sufriera una de las crisis más largas de los últimos tiempos, y tras la remontada de los precios que se produjo en los meses previos al verano, las cotizaciones han vuelto a la baja, con cifras que en las últimas semanas se han situado entre las 120 y las 130 pesetas por kilo.
La caída de los precios es consecuencia, entre otros factores, de una serie de medidas adoptadas por la Unión Europea que están encaminadas a eliminar oferta. Los productores critican la decisión comunitaria de rebajar las restituciones para exportar a terceros países, así como la eliminación de las ayudas para el almacenamiento privado.
Otra de las razones que justifican el descenso de los precios es el aumento de los censos en el conjunto de la Unión Europea y muy especialmente en España, donde este año se puede pasar de 32 a 36 millones de cabezas.
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