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Aznar reprocha al PNV su desafío creciente

El presidente siente "pena" por ver a sus aliados chapotear "en el barro del radicalismo más estéril"

Al presidente del Gobierno, José María Aznar, le da "pena" ver a sus aliados parlamentarios del PNV "chapoteando en el barro del radicalismo más estéril" con sus propuestas de reforma del marco político vasco. "Desafiar el orden constitucional es algo inútil y condenado al fracaso", advirtió, y atribuyó la actitud nacionalista de "tomar iniciativas cada vez menos solventes, más desafiantes" a intentar "salvar del naufragio el pacto de Estella".La contundente respuesta de Aznar se produjo 24 horas después de que el PNV anunciara en el Parlamento vasco la próxima presentación de un "proyecto soberanista" que permita a Euskadi "pactar de igual a igual" con el Estado. El estatuto de autonomía sería, según la visión del PNV, una "carta otorgada". "Si el PNV quiere contentar a HB, el Gobierno, no", afirmó.

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Aznar aprovechó la conferencia de prensa de la clausura del Foro Formentor, una iniciativa de la Fundación Repsol dedicada a impulsar el diálogo entre las dos orillas del Mediterráneo, para responder al nacionalismo vasco, lanzar una advertencia al nacionalismo catalán y criticar a los socialistas, todo ello embutido en un discurso de claro tinte electoral en el que no faltaron alusiones a las cuentas pendientes en los tribunales que todavía arrastran miembros de anteriores Gobiernos socialistas.

Las palabras más contundentes del presidente fueron para el nacionalismo vasco, cuya deriva radical atribuyó al "fracaso y la desunión del Pacto de Estella". Negó Aznar veracidad a las informaciones que aseguran que el Gobierno ha recibido advertencias de ETA sobre posible ruptura de la tregua, y aseguró que tanto ETA como HB "tienen miedo a hablar de paz".

Sobre la iniciativa del nacionalismo vasco más radical de no presentarse a las próximas elecciones generales, Aznar aseguró que "HB teme que se pronuncie el pueblo vasco", tiene miedo a los "resultados electorales" y por eso "piden la abstención". Advirtió de que no tolerará la coacción ciudadana y aseguró que "todas las autoridades deben garantizar la libertad del voto en el País Vasco", porque la "historia de HB es una historia de coacciones".

Con cierto sarcasmo, Aznar dijo estar "sorprendido" de cómo un partido que lleva veinte años gobernando en el marco del Estatuto de Gernika, que le ha dado su legitimidad electoral, ahora lo cuestione y diga que es una simple carta otorgada. "Parece ser que el Pacto de Estella tiene la capacidad de cruzar los cables de algunas personas", apostilló. El presidente del Gobierno reiteró que se alegraba profundamente de que el Pacto de Estella fuera un fracaso, y aseguró que el Estatuto de Gernika seguirá siendo un punto de encuentro para el futuro. "Ése será uno de los compromisos serios del Gobierno con la sociedad vasca".

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La misma advertencia se la dirigió, en un tono menos duro, a los nacionalistas catalanes, a los que indicó que el PP en ningún caso entrará a contemplar "reformulaciones de la Constitución y del estatuto". En su opinión, los estatutos vasco y catalán tienen el techo competencial más alto de España y de Europa, y desafió a cualquiera a que le presente algún estatuto con una autonomía más amplia que la que tienen las sociedades vasca y catalana.

Aznar indicó que el PP es incompatible con los objetivos políticos de Esquerra Republicana de Catalunya(ERC), y advirtió a Pujol de que existen "políticas buenas y malas, caminos convenientes e inconvenientes".

La munición dialéctica de grueso calibre volvió a aparecer cuando el presidente del Gobierno apuntó al principal partido de la oposición, en lo que parece ser el comienzo de una larga y tensa precampaña electoral. A Aznar le preocupa el "estilo político inquietante, basado en un tono amenazador y de cuestionamiento de las reglas del juego" que despliega el PSOE, y que atribuyó a "decepciones políticas", en una clara alusión a la victoria en votos que no se tradujo en victoria en escaños, que al final determinan las mayorías de Gobierno.

El presidente del PP no pudo evitar hacer una referencia a los conflictos internos del PSOE al señalar que quienes "no respetan las reglas internas de juego, por ejemplo en el congreso Valencia, cómo van a respetar las reglas generales". Acusó a los socialistas de no aceptar la victoria electoral de CiU en las elecciones catalanas, de amenazar con dejar el Pacto de Toledo y de abandonar los órganos de control de RTVE, una lista de cargos ya formulada está semana en el Congreso.

No se ahorró tampoco alusiones a las causas judiciales pendientes de altos cargos de gobiernos socialistas -citó expresamente los fondos reservados y la guerra sucia- y auguró para su Gobierno un final apacible de legislatura, lo que "supondrá el fracaso de algunos profetas" que le auguraban una corta y agitada legislatura.

Aznar volvió a rechazar las propuestas de pacto de reforma de TVE realizadas por el PSOE. "A lo mejor comienzo a tomármelo en serio si ellos las ponen en práctica en las televisiones autonómicas", dijo en una clara referencia a Canal Sur.

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