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Buteflika defiende en España un diálogo Norte-Sur sin derecho a injerencia

El presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, utilizó ayer en Formentor (Mallorca) un recurso inusual para hacer llegar un mensaje de rechazo de toda injerencia a una distinguida audiencia internacional formada por políticos e intelectuales occidentales: un discurso de Manuel Aznar, abuelo del actual presidente del Gobierno español, José María Aznar. En labios de Buteflika, la tradicional amistad de España con el mundo árabe, un lugar común de la diplomacia de antaño, adquiere el rango de una política cargada de futuro.

Buteflika viajó a Mallorca para pronunciar la conferencia inaugural del Foro Formentor, organizado por la Fundación Repsol, que quiere ser un lugar de reflexión y debate entre personalidades de las dos riberas del Mediterráneo.El presidente del Gobierno español se desplazó hasta el norte de la isla de Mallorca para recibir al presidente argelino, con quien almorzó, y abrió las jornadas con unas breves palabras en las que subrayó la importancia del diálogo y reveló la admiración de Buteflika por su abuelo, el periodista y embajador Manuel Aznar, cuyo discurso pronunciado como representante español ante Naciones Unidas en 1967 fue hilo conductor del mensaje de Buteflika.

La audiencia estaba formada por medio centenar de personalidades, entre ellas el exprimer ministro israelí Simón Peres y el actual ministro de Interior, Shlomo Ben Ami; el ministro español de Exteriores, Abel Matutes; el ministro de Economía y Finanzas de Marruecos, Fathalá Ualalu, o André Azulay, consejero real marroquí. El ministro ruso de Exteriores, Ígor Ivanov, tenía previsto incorporarse a última hora de ayer a los trabajos del foro, que concluirá hoy a mediodía.

En Formentor destacaba también la presencia de personalidades del mundo de la empresa, las finanzas y los medios de comunicación de las dos orillas del Mediterráneo y de Estados Unidos, frente a la significativa ausencia de representantes de Francia. Y es que Buteflika no ha viajado aún como presidente a la antigua metrópoli, para la que tuvo ayer algún recuerdo amargo en su intervención.

"La verdad del más fuerte"

El presidente argelino desgranó una requisitoria contra el neocolonialismo que pretende imponer modelos en la orilla sur del Mediterráneo. El primer blanco de sus críticas fue el "derecho de injerencia", amasado con "la verdad del más fuerte". Los males de la colonización y la política restrictiva de Europa ante la emigración procedente de los países del Magreb fueron expuestos con crudeza por Buteflika. El trato históricamente desigual sólo puede ser sustituido, dijo, por la aceptación mutua. Finalmente, pidió un esfuerzo generoso del Norte, un verdadero Plan Marshall, diseñado más con una mentalidad de realpolitik que de "filantropía o humanismo".

Durante el coloquio celebrado posteriormente, Buteflika afirmó que la "estabilidad de Argelia pasa por la estabilidad de Marruecos y de la monarquía alauí", aunque reconoció que tanto él como Mohamed VI eran aún "gobernantes primerizos" y tenían que "poner los muebles en orden" en sus respectivos países.

El presidente argelino hizo también una encendida defensa del Ejército en su país, pese a que tuvo que ejercer un papel como policía, "para el que no estaba preparado", y defender el Estado y las instituciones republicanas. "Hizo bien", afirmó Buteflika, quien confía ahora en contar con un Ejército profesional y aséptico en política.

En su primera visita a España, el presidente magrebí ha abierto la puerta a unas prometedoras relaciones bilaterales. "Madrid es la capital geográficamente más cercana a Argel, y España ha sabido mantener una presencia inteligente en Argelia; no tenemos ninguna queja", reconoció, antes de abogar por un salto cualitativo en la cooperación hispano-argelina en todos los campos.

Aznar, a su vez, no reparó en elogios hacia Buteflika, a quien considera "una de las más grandes personalidades" del mundo político actual, por su experiencia y por ser una figura cargada "de una muy sincera esperanza de futuro, de seguridad y de paz".

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