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Bienestar Social no ocupa todas las plazas de sus geriátricos, pese a tener lista de espera La plena ocupación rebajaría en un 60% el número de ancianos pendientes de ingreso

Los geriátricos de la Generalitat están infrautilizados. Un ejemplo: la residencia de ancianos de Girona tiene oficialmente 241 camas, pero sólo atiende a 199 personas. Hay más casos, básicamente grandes centros asistenciales heredados del Inserso, que hoy tienen abandonada parte de su infraestructura. Al menos hay 143 plazas asistenciales desocupadas en Cataluña, que de ser ofertadas reducirían en cerca de un 60% la lista de 250 personas que según Bienestar Social están en espera de poder acceder a un geriátrico público. Esta lista sólo incluye, sin embargo, una pequeña parte de la demanda.

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La Generalitat alega que algunos de sus centros han reducido su capacidad para mejorar la calidad del servicio. Los sindicatos califican el hecho de "grave" porque entienden que Bienestar Social deriva los ancianos a las residencias privadas cuando las públicas podrían acogerlos, y replican: "El problema es que no se quiere contratar a más personal". Además del geriátrico que el Instituto Catalán de Servicios Sociales (ICASS) tiene en Girona, con 42 plazas sin ocupar, existen otros casos de infrautilización del equipamiento: la residencia de Santa Coloma de Gramenet tiene 185 camas, pero atiende a 168 personas; el geriátrico de Reus acoge a 116 ancianos cuando tiene capacidad para 142; la residencia del ICASS en Terrassa, con una oferta de 198 personas, sólo tiene 160 ancianos; el centro de Sant Llorenç Savall tiene 20 plazas sobrantes, ya que tiene 160 plazas ocupadas pese a contar con una capacidad de 180.

Estas residencias suman un total de 143 plazas desocupadas que, de estar realmente disponibles, rebajarían en más de la mitad la lista oficial de espera, que según datos de febrero facilitados por Bienestar Social incluye a 250 ancianos. Extraoficialmente, sin embargo, fuentes del departamento aseguran que hay cerca de 1.000 ancianos en espera y que existen 5.000 expedientes por resolver. Son datos que van más en la línea de lo denunciado hace meses por algunas asociaciones de la tercera edad, que cuestionan la lista oficial y critican por muy exigente sus requisitos de acceso.

Plantillas congeladas

Bienestar Social reconoce que el número de plazas en geriátricos públicos que dice ofertar no es exacto, aunque acota la existencia de camas desocupadas a media docena de grandes centros asistenciales que heredó de la Administración central y de algunas diputaciones. Un portavoz del departamento afirma que estos geriátricos se crearon pensando en acoger a un gran número de ancianos válidos, que el paso de los años ha convertido en una población cada vez más dependiente.

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Por este motivo, la Generalitat ha ido reduciendo la concentración de ancianos, ha dejado sin utilizar plantas enteras de estos equipamientos y sólo ha adaptado una parte de los espacios para facilitar la movilidad de los ancianos y las tareas de sus cuidadores.

Sobre las críticas que vierten sindicatos como CC OO y CATAC, que aseguran que las plantillas de los geriátricos están congeladas frente a unos ancianos que cada vez dan más trabajo, Bienestar Social, sin concretar, responde: "Hemos ampliado las plantillas y por eso la atención de nuestros geriátricos es hoy mucho mejor que la que había antes".

La calidad de los geriátricos del ICASS está ampliamente reconocida, pero ahora el problema que se evidencia no reside en la falta de solares municipales para que el Departamento de Bienestar Social, que dirige el consejero Antoni Comas, construya equipamientos para la tercera edad y, así, paliar su escasa oferta asistencial. La cuestión que se desvela ahora es que hay una infrautilización de los geriátricos públicos ya existentes, cuya capacidad oficial es de 3.336 camas, oferta pública que asciende a 6.171 si se suman las que aportan las residencias de los ayuntamientos y las diputaciones provinciales.

Si el ICASS contratara más personal y adaptara los centros que tiene, al menos podría absorber el número de ancianos que hasta ahora afirmaba acoger. Por ejemplo, la residencia de Santa Coloma de Gramenet tiene la tercera planta vacía y la de Girona, de grandes dimensiones, dos pisos enteros abandonados.

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